viernes, 21 de diciembre de 2018

La casa de "i"

Hoy pase por la casa de i, y me vino todo de golpe, aunque ya no esta el moño negro continua el recuerdo allí, el frío de aquel enero del 2007, el café, las sillas, los rezos, la frase constante "que triste que se vaya alguien tan joven", acompañada de todos esos eufemismos cómo "la falla renal" que a grandes voces se tradujo en un aborto mal practicado que cegó una vida. 

I tenía un nombre maya que significaba lucero del atardecer, la conocí en una tardeada, bailando como tanto le gustaba, formaba parte del ballet de la escuela, un grupo de salsa y solía participar de todas las distintas actividades culturales y artísticas. Sus dos dientes superiores frontales sobresalían de la mandíbula de manera tal que entre sus labios siembre había una sutil separación que le imprimían un aire sensual, o dicho de manera llana, tenía los dientes de conejo. 

Murió el 5 de enero, justo antes del día de Reyes, para recordarnos con ironía a todas que ya no eramos unas niñitas. 

Después del rumor nadie supo más que decir, ni la familia, ni los amigos, ni los profesores, todos nos conformamos con la versión que dio aquella doctora religiosa en extremo -falla renal-, no se necesitaban más explicaciones, bastaba con el certificado médico que expiaba la culpa, el delito que se materializaba persona yacía custodiado por el rigor mortis. 

y luego del silencio ensordecedor vinieron las pesquisas, siempre acompañadas de la eterna pregunta "¿Cómo es posible  habiendo tantos métodos para cuidarse?", fueron tan insistentes que también comencé a preguntármelo.

¿Cómo era posible con los seis condones anuales que nos daban acompañados de la charla impersonal impartida por algún médico del sector salud?, ¿Por qué no funcionaron las infalibles diapositivas taaan ilustrativas plagadas de vaginas con pus y penes a punto de caerse que apostaban más al miedo que a la información?

Nos interrogaron en ese entonces a las chicas con mayor fiereza, y aún después de la mayoría de edad se nos continua interrogando, incluso yo aún me cuestiono al respecto, a más de una década de distancia me continuo interrogando ¿qué puedo hacer para que nunca más vuelva a haber otra "i"?, me preguntan, me pregunto y últimamente me ando contestando que además de los condones, más información y menos miedo, nos hicieron falta diapositivas muy precisas para saber como cuidarnos de esos falos sanos en apariencia, que toda una vida nos han inculcado a amar incondicionalmente.




domingo, 25 de noviembre de 2018

Reflexionando sobre la gestación subrogada

Sobre la gestación subrogada... Aún estoy repensando muchas cosas, pero estoy segura de que una lectura pensada desde el derecho a tener descendencia consanguínea para dejar huella genética en el mundo basada en la misma idea de familia de los provida/profeto esta rechafa y creo que es necesario mirar hacia la adopción; porque una cosa es el deseo paternal o maternal, y otra es la necesidad de dejar huella genética en el mundo, que dice mucho además si los amparos en su mayoría de onvres, no sé me suena mucho a la expropiación del cuerpo de la mujer para asegurar la permanencia del capital en un mismo linaje masculino que relata Engels en el origen de la familia la propiedad privada y el estado. Que dicho sea de paso es una lectura reprimitiva de la noción de familia basada en una manera de no comprender lo amplio y diverso del parentesco ese al que se apela cuando se habla de TodasLasFamilias TodosLosDerechos. Creo que en ese sentido se debería revisar también como van las adopciones, y asegurarse que no haya discriminación en el proceso contra las personas LGBTTIQ.

Pero lo que me parece aún más jodido es que a los profeto se les recuerde cada dos minutos la posibilidad de adoptar y que de repente volvamos a romantizar la idea de familia (heteroreproductiva), cuando en realidad se deberían de estar discutiendo condiciones laborales, salud reproductiva o derechos humanos de las mujeres. Apelando a la argumentación que se empleo con el aborto es necesario señalar que no esta a discusión si se hace o no, lo que ya es una realidad, y no se trata de opinar si es bueno o malo, se trata de dotar a las mujeres que deciden participar en ello de armas jurídicas con que defenderse y no dejarlas en la clandestinidad. Para que precisamente no venga el monstruo del capitalismo-transnacional-burgués-eurocéntrico-patriarcal-neoliberal-etc a aprovecharse de la ausencia de un marco normativo en el estado de derecho y use ese vacío jurídico para perpetuar la precarización de las mujeres en proceso de gestación.

Honestamente me enoja mucho la necesidad de dejar huella genética que tienen muchos onvres, pero también creo que cuando hablamos de gestación subrogada a quienes debemos escuchar es a las mujeres que participan en ello que son más que vientres, son personas con voz y decisión. Y comprender que a final de cuentas se trata de potenciar la vida facilitándoles las herramientas que puedan garantizarlo, garantizar la vida y los derechos de las mujeres que subrogan; esto va más allá de la recién linchada Martha Lamas, las abolicionistas o todas las teorías y credenciales que podamos ostentar, se trata repito de potenciar la vida y los derechos de las mujeres que subrogan su vientre.

Hasta hace muy poco (antier) estaba inclinada hacia la postura abolicionista y perdón pero nunca les he visto protestar (contra el DerechoaDecidir) por las condiciones estructurales que nos llevan a abortar, que nos orillan a abortar porque pobreza, esa vista desde algunas perspectivas también es una imposición del estado patriarcal opresor productor de desigualdades. Tampoco les he visto protestar porque nos volvimos un banco de esposas de países primer mundistas. Ni porque siga existiendo el matrimonio como un contrato social que pone al servicio del hombre la servidumbre y la sexualidad de las mujeres que participan de él. Disculpen pero me parece que estamos poniendo demasiada atención en la prohibición y la punición, y se nos están pasando de largo la necesidad de generar marcos para potenciar la vida, nuestras vidas.Y potenciar que se generen las condiciones materiales, económicas, educativas, académicas, laborales, emocionales, ambientales, psicológicas, físicas, salubres, administrativas, jurídicas, políticas y sociales para que nosotras, las mujeres, accedamos a horizontes más amplios.
En conclusión, acabo de empezar al reflexionar al respecto, si tienen materiales son bienvenidos, hasta el momento para mí el foco tiene que estar en las maneras de potenciar la vida. Aún no sé si debo usar el término vientre-maternidad-gestación subrogada, en este texto me incline por gestación porque me parece que decir vientres es reducirnos a incubadoras y decir maternidad esta circunscrito a un continuum de gestación, crianza y cuidados; y siendo más estricta deberíamos estar sujetas a la adscripción que cada mujer involucrada elija . Insisto tengo mucho que reflexionar desde esta mi deleznable posición privilegiada y feminista.



Atte. #LaPerraSororaria (reflexiva)

Sobre la institucionalización del feminismo

Sobre todo este chisme de la institucionalización del feminismo, lamento informarles que llegaron 23 años tarde a la discusión, la institucionalización del discurso feminista sucedió a partir del 95 se dio a través de la plataforma Beijing, o de dónde chingados creen que salió ese chisme de la "perspectiva de género" que todas citamos. 


Ahora si quieren criticar hay muchas cosas que critica por ejemplo que perspectiva de género no es lo mismo que perspectiva feminista, que el término género se empezó a impulsar desde las academias por allí de los 80 porque consideraban que usar el término feminista era "inadecuado, escandaloso, poco científico", allí una crítica.



Lo que me parece grave de todo este asunto es ver a mujeres de sociedad civil usando el término "feminista institucional" porque como peyorativo es el adjetivo con el que nos barren a todas las que trabajamos desde el marco convencional, es decir a todas las que en nuestro hacer apelamos a los derechos humanos de las mujeres, y allí nos juntan con funcionarias públicas y políticas, cuando muchas de ellas ni se asumen feministas (para algunas de ellas también debe ser penoso que les echen en el mismo costal de las feministas). 



Pero lo que me parece realmente deplorable es que no conozcan el marco convencional desde el cuál se están moviendo, que deberían no sólo conocer sino dominar, porque no entiendo sino desde dónde están haciendo o pretendiendo hacer (lo digo especialmente porque la mayoría somos mujeres universitarias), compañeras hay que leer de cajón Belém Do Pará, la Plataforma Beijing y la CEDAW (todas en español disponibles para descarga libre desde su buscador google).



Y perdonenme el arrojo pero me parece que escupen al cielo todas aquellas mujeres que trabajan en sociedad civil que se vindican feministas y hacen una crítica a la institucionalización del feminismo ¿de dónde creen que vienen sus reuniones con políticos y políticas para presentar sus agendas, los recursos que reciben? ¿de la buena voluntad y legitimo interés? Pues no, lamento decepcionarlas, viene de que hay un marco internacional que ha suscrito México y los obliga a hacerlo o al menos simular que lo hacen.



Ese marco convencional que deviene en recursos y derechos, protocolos, normativas, etc. viene de esas "feministas institucionales", yo no voy a decir que agradezcan nada, no me volví feminista para que me dan las gracias de cosas que no hice, pero si las voy a invitar a informarse porque es necesario y es justo, desde el papel que juegan como interlocutoras con determinados sectores políticos. 


Es retriste verles tan contestatarias (y contestatarios) en redes sociales pero tan calladas frente a los y las tomadores de decisiones, porque les pagaron un tallercito o el templete de una marcha, es realmente penoso conversar con ustedes y escuchar argumentos como "sabemos que no van a criticar  la institución con la que trabajan", es bien jodido porque denota las lógicas desde las que trabajan y se posiciona. Les invito sinceramente a retomar el valor de su trabajo, que es valioso, digno de recibir remuneración y que sobre todo no tiene porque ser una mordaza. 

Claro que es importante hacer arder las redes sociales, pero es más necesario incendiar conciencias.




 "hay que ler" (sic)




atte. #LaPerraSororaria

jueves, 15 de noviembre de 2018

Noches frías, recuerdos cálidos

Para noches frías recuerdos cálidos...

Recuerdo que hace tres años, acaba de mudarme a Cholula, intentaba vivir una aventura romántica, de esas que se piensan durarán toda la vida,  en mi cometido arrastré a aquel que me acompaño por cerca de dos años, dos años y un plan de vida, es un récord para mí que rara vez miro con seriedad cualquier cosa de la vida.

Dos años y un plan de vida, es más allá de lo que vislumbro hoy, la dopamina que me desbordada me llevo jugármela por un ideal romántico y embaucar a mi socio de juegos en una apuesta arriesgada.

Esa temporada de ocio en mi vida, se vio beneficiada por el adeudo de mi última materia escolar, lo que me aseguro la manutención de ese periodo, con el dulce beneficio del excesivo tiempo libre.

Viví en un fraccionamiento aledaño, lejos de la dinámica universitaria, era la unidad más desfavorecida, rodeada de conjuntos habitacionales amurallados y desplantes exhibicionistas de seguridad; y  a su vez coincidia con la dinámica de un pueblo urbanizado, volver a conocer el nombre de la señora de la tiendita, ubicar el lugar dónde el queso era más fresco, la hora en que sacaban el pan.

Poner a hervir el café con canela, beberlo y degustar el sabor a hogar.

Aunque llegamos en un otoño frío que prometía temperaturas aún menos propicias para el desarrollo de la vida en la intemperie, no recuerdo haber tenido frío para cuando llego el invierno.

Evocar esa temporada en mi mente es acariciar una espalda morena, bien formada y regularmente desnuda, que solía levantarse por las noches para poner a mi alcance vasos con agua, tazas de té o solventar cualquier otra necesidad física o afectiva.

Ese invierno fue la estación que menos provista de ropa me encontré y más cálida me sentí, fue un invierno sudoroso, cómodo, húmedo y gentil. De las temporadas más bochornosas de mi vida, amantes descuidados, cortinas abiertas, risas explosivas e indiscretas tanto como los retratos de desnudes que seguramente obsequiamos a uno que otro mirón.

En ese invierno tan frío quizá desgaste parte de los recursos combustibles que nos hubieran permitido extender la travesía y sin embargo fue la mejor inversión energética destinada al banco de los recuerdos del porvenir, del cual este breve texto es un pequeño cheque simbólico para aquel a quién nunca le dedique ni una línea, ni un poema, pero con quien todo lo sude en su momento.

En fin, que me es imposible enunciar a quien ha sido especial para mí sin esbozar una sonrisa, derramar bellas palabras y articular oraciones que denoten gratitud.

domingo, 21 de octubre de 2018

La Perra Sororaria


Yo sólo les quería preguntar por qué cuando tenemos cinco munutitos para hablar de feminismo esos cinco minutos son malgastados en ofrecer disculpas y justificaciones, algo así como: soy feminista pero…
-no soy lesbiana
-nos soy radical
-no odio a los hombres


Lo señaló porque estas aseveraciones asoman implícitamente la culpa de ser libres y el temor a ser juzgadas. Trasladamos la dicotomía de la buena y la mala mujer, a la buena y la mala feminista. Porque siendo feministas ya estamos dentro de las malas mujeres, pero siempre puede haber peores… y reflexionando me parece que ese acto verbal digno de ejercicio confesional de iglesia calma algunas conciencias que aún sienten el peso culposo de ser una mala mujer e intenta redimirse erigiendo una figura alterna “la buena feminista”, la respetable, la que no odia a los hombres, la que no es lesbiana y cumple con el mandato que establece una supuesta coherencia entre el sexo y género, que además denota lesbofobia (allí se los dejo para reflexionar).

La buena feminista la que no es radical, como si el feminismo persé no lo fuera, y creo que negar la radicalidad del movimiento es un poco como escupir al cielo y que nos caiga en la cara, si querían ser respetables debieron quedarse en casa a lavar platos y fregar pisos, allí están las mujeres respetables que se adaptan a la norma ajustadas a la moral hegemónica, si lo que esperan es palmaditas en la espalda y encabezados felicitándoles deberían de ir a defender fetos, las ballenas jorobadas o causas menos controversiales, inapelables, razonables, en concordancia con los valores religioso del momento.

Consideraba que no era necesario subrayar cuestiones tan elementales como que “lo personal es político” es una frase que viene del feminismo radical, ese que tanto niegan y que surgió por allí de los setentas señalando que la vía institucional por sí sola es insuficiente, apuntando a la necesidad imperante de transformar la manera en que nos relacionamos e interactuamos, emergió como un discurso potente alterno a los movimientos de izquierda que relegaban el género, denunciando como en las luchas contra el racismo o el capital también estaba presente el sexismo, el feminismo en términos teóricos y críticos les debe bastante para lo mucho que se les cita y lo poco que se les reconoce ¿o quienes creen que empezaron a problematizar la connotación política que tiene el término Patriarcado?

Y bueno si tengo que venirles a recordarles esto pues quizá anden adolesciendo un poco de lecturas pese a los títulos universitarios que puedan ostentar. Insisto el feminismo es insurrecto de raíz, sus manifestaciones y sus reclamos nunca han sido socialmente aceptados, a mí personalmente me da más vergüenza que medios amarillistas elaboren encabezados diciendo “feministas se portan bien, ahora no rayaron paredes” y permitir que esos mismos medios que muestran cuerpos masacrados, degollados, violados y justifican los feminicidios tengan un papel determinante en la manera en que se solicitan exigencias, se desarrollan actividades y se expresan demandas, me da más pena que la racionalidad económica embestida de proteccionismo patrimonial les nuble la vista, el juicio y que el gafete feminista se les tambalee a la primera crítica.

entonces las grandes preguntas son: ¿Por qué pintan paredes? o ¿por qué se encapuchan?, sin embargo este cuestionamiento no sólo es hacia las feministas, y creo que es lo que hay que entender de fondo, este cuestionamiento va contra la legitimidad de la protesta, y me parece que quién no entiende, se ha pasado escondida en una cueva desde la última década del siglo pasado, quien cuestione la capucha o ha estado incomunicado o tiene memoria corta y no recuerda el zapatismo.

Manifestación que no incomoda es procesión religiosa, esas manifestaciones para recordar el poder de dios, que no buscan cambiar nada, ni ganar nada porque ya tienen el cielo comprado, esas manifestaciones a las que si concurrimos las mujeres, las organizamos, esas que son ordenadas, silenciosas, pacíficas, donde no se dicen groserías, porque la naturaleza divina no nos hizo violentas, y allí está la lectura de género, una disculpa por tener que subrayarla tantas obviedades.

Otra más al otoño

Pues nada, aquí en tardes otoñales, otra nota más sin sentido, otros versos más al aire:



Mil porqués en mi cabeza
se a galopan de repente
no hay razones ni motivos
que procese el coeficiente.

Yo en el vértigo suicida
que no abandona mi conciencia,
tú y tu temple inapelable
que me exige congruencia.

Yo mujer ave de vuelo
en busca de otros cielos,
tu y tú vértigo a volar
prolijo amor hacia el suelo.

Tu atracción a mi locura
que no alcanza para amarme,
te cuestiona la amargura
adherida  a mis carnes.

Yo mirando estupefacta
la cicatriz de tu espalda,
tu absorto en soliloquios
que te impiden observarme.

Yo necia en la azotea
descalzada cara a la luna,
tu intentado aprehender
mi futilidad inoportuna.

Querido amigo
no me entiendas
no me quieras
ya me voy.

A donde tu mirada no cuestione,
no escudriñe, no me riña,
no me ciña, ni me ate
a ideales del amor.

Me voy a dónde no me encierren
en prisiones de calificativos,
dónde la locura no sea adjetivo
ni el sustantivo que la acompaña sea yo.

Me voy a donde mi esencia
no perturbe tu paciencia,
alejándonos de nuevo
a la menor contingencia.

Me voy y no acabo de irme
porque anhelo llevarte conmigo
a un lugar sin prejuicios
donde desdeñen los motivos.




















Ya sé que les gusta como escribo, pero ojalá y quien les gustará fuese yo...

jueves, 18 de octubre de 2018

Postales


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 y: Yo creo que la apuesta política vs el amor es la amistad
 x: yo concuerdo con el ratón
y una sonrisa maliciosa ilumino nuestros rostros dando inicio el discurso articulado, reconociendo el banderazo de salida para un encuentro sexual que llevaba al menos dos años pospuesto, mientras nuestra frágil pero maliciosa amiga fingía creernos.
 z: entonces qué, un trío?

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Tenía el semblante triste aunque estábamos en su ciudad favorita, estábamos en el legendario café de Flore, yo la veía y me imaginaba regresando en el tiempo, contemplando a  Simone compartiendo la misma expresión muchas veces, muchos días, muchos años, pasmada en el tiempo frente a un café americano y con un cigarrillo, el mismo conflicto que nosotras, el mismo semblante, por los mismo motivos. 

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Sus gotas de sudor caían sobre mi rostro, y en la oscuridad adivinada el brillo que aquel liquido salino le daba a su aspecto, yo me limitaba a sonreír  ante el contacto de cada gota, signo del esfuerzo impreso en la actividad física compartida.
  x: quieres cambiar de posición
  y: no, esta vez te invite para que me cojas, no pienso hacer esfuerzo alguno
  x: esta bien. Tienes cigarros
  y: se me acabaron, vaya, antes al menos preguntabas si traías algo
  x: un oral para terminar y me voy
  y: andan fallando los buenos modales
  x: la próxima vez traeré cigarros

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Escuchábamos tatuajes, su voz sobre la de Joan Sebastian impregnaba mis oídos, no tenía el valor de mirarle a los ojos o las dos íbamos a soltar en llanto. Ella era la amante de casi cuatro décadas y su familia se lo había llevado argumentando la diabetes que padecía, llevaba dos semanas sin saber nada de él. Ella era la novia desde que tenía quince años. Él siempre estuvo casado. Hacía un calor de 48 grados y aún así tenía el corazón helado. 

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Miraba la cicatriz de su espalda iluminada por la luz de la luna, mientras me cuestionaba cómo conseguía dormirse tan rápido, y yo que ya me entristecía con la larga ausencia que precedería al breve encuentro no quería dormir, ya que dormir implicaría cerrar los ojos y dejar de verle. Tenía miedo de que algún bello facial se le asomará y no darme cuenta. Amaneció muy pronto, y la luz del sol nos ilumino.
  x: tu cabello no es negro
  y: soy castaña

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Otra vez estaba cerrado el red, si aún habláramos le hubiera comunicado  el hallazgo, lo clausura frecuente es motivada por quejas de  los vecinos debido al ruido, de acuerdo a una fuente tinder. Pero allí estaba el red con las cortinas bajas y los letreros miniatura de clausura, analogía de su móvil con mi contacto bloqueado. Recordatorio de  la última frase que le dirigí, aún latente en mi memoria "largo de mi puta vida". La última frase que recibió en nombre de algunos otros que no acaban de largarse.

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  x: Pensé que estabas enojada
  y: qué te hizo pensar eso
  x estabas triste, pero no llamaste
  y: la última vez me recomendaste un psiquiatra
  x: cuando hay balance no hay problema
  y: establezcamos el número de mis tristezas que equivalen a una erección


miércoles, 10 de octubre de 2018

Notas basura

Aún podía recordarlo de pie frente al andén con mis dos pobres maletas, la cantidad justa para que una acompañará a la otra, dos escasas maletas eran todo el equipaje que un año y dos meses me alcanzó para acumular en experiencias. Más tarde una caja de libros me alcanzaría una vez establecida.

Allí estaba con sus ojos llorosos, enreojecidos, sin temor a que le vieran llorar. Y si hubiera aceptado la propuesta rápida, al final debo confesar que la espontaneidad le imprimió un aire honesto, creo que el matrimonio algo tiene de eso, un reflejo rápido del egoísmo ante el temor inminente de la perdida del ser amado.
Ese día lo vi en sus ojos, y aprendí a reconocerlo, a atesorar en mis recuerdos una colección de miradas tristes, desesperadas, ansiosas, expectantes frente al siguiente movimiento que el vértigo suicida de la libertad me impulsaría a dar lejos del compromiso.

El cinco de octubre se hicieron ocho años de que me fui del puerto y allí en el anden doce de la central de ado se quedo, él dejo una fugaz propuesta y yo un entusiasta beso de adiós.

martes, 9 de octubre de 2018

Notas Basura

Mil y un pensamientos inútiles antes de ir a casa
(quizá menos)

Tengo la cabeza inquieta, llena de pensamientos inútiles, e ideas insignificantes que obstruyen mi descanso o el más ínfimo progreso en el arte de empacar cosas  insignificantes que terminaré por no usar, ya que acabaré enclaustrada a la cama, emparedada a la pantalla del televisor. 

Aún ahora me niego a abandonar el perímetro delimitado por mi la cama, acabo de empezar a relajarme y ya notó el dolor de hombros, la garganta, los cólicos y el olor a sangre aproximándose, susurrando un popular "me oyes, me sientes". Pero no quiero abandonar la cama, acabo de empezar a relajarme, y hasta una tarea sencilla como hacer un equipaje para un par de días me parece la tarea más cansina del mundo. 

y es que lo realmente triste es saber que en cuanto ponga un pie sobre la capu estaré más cerca del inminente retorno, es curiosa el anhelo que me provoca ir a casa y que termina apenas llega el día de emprender el viaje, lo abrumada que me hace sentir saber que parto y que volver no es ir a casa sino regresa a puebla,  ya siete años aquí y mientras más lo pienso más me asusto porque creo que he sobrepasado mi tiempo aquí, que estoy caduca y necesito airearme. 

Pero voy a casa, más no regreso a casa, y cuando vuelva a puebla mi residencia temporal no estaré volviendo a casa, sino simplemente regresando a una especie de aquí temporal; un aquí que no es mi hogar porque tengo el mal habito de fincar hogares imaginarios en ojos ajenos, aún me falta tiempo y sabiduría para terminar de comprender, para convencerme que las miradas no fungen como moradas por más honesta que puedan percibirse, por más cálidas que puedan añorarse. 





sábado, 29 de septiembre de 2018

Sobre Aborto y las paredes de la catedral poblana

Hablemos de Aborto:

Nota post 28S, Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro

Hablar de aborto es reconocer que en el mundo mueren (al menos) anualmente 47,000 mujeres por complicaciones relacionadas con abortos inseguros. En México se estiman entre 750 mil y un millón de abortos clandestino anuales.
Hablar de aborto es recordar que 1975 fue declarado el Año Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas, la sede fue México, ese año se debatió de manera intensa un tema fundamental, ABORTO.
La interrupción del embarazo despertó acaloradas controversias, y las sigue despertando, es increíble como a 43 años, casi medio siglo, la legalización del aborto es un tema que se sigue aplazando, una deuda con las mujeres mexicanas.

Hablar de aborto en Puebla implica reflexionar problemáticas más amplias que la barda de la catedral o las paredes del senado. Es reconocer la violencia que vivimos las mujeres al interior del estado de manera sistemática y cotidiana:

- Las gestaciones forzadas que deben cumplir las menores de edad, obligadas a parir  productos de violaciones incestuosas. - Las mujeres en peligro de muerte orilladas a parir a pesar de que ello pone en riesgo su vida.
- El instaurar la maternidad como un castigo que criminaliza a las mujeres que deciden sobre sus cuerpos.
- El imponer la gestación por 9 meses a mujeres cuyos productos inviables mueren antes de cumplir un día de nacidos.
- Es señalar que para un estado con 217 municipios, con una población total de 3,009,974 mujeres, de acuerdo al censo de 2010, hay sólo 3 unidades hospitalarias que brindan el servicio de interrupción del embarazo, en un territorio que reporto 1632 procesos de investigación por el delito de violación, durante el periodo de enero 2015 a abril del 2018.
- Es denunciar que las excluyentes del delito contempladas en el artículo 343 del Código Penal además de insuficientes, no están siendo acatadas por los servicios de salud públicos.
El obligar a una mujer a continuar con un embarazo que no desea es tortura de acuerdo al Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (Observación General 2. Aplicación del artículo 2 por los Estados Partes, 39o período de sesiones/ 2007).


Hablar de aborto es algo más complejo.





Para quienes deseen informarse adjunto Links:

Para quienes siguen clavados con el vandalismo les dejo un meme y mi más sincero pésame...





domingo, 23 de septiembre de 2018

Lluvia en la memoria

Hoy llueve en Puebla, pero la lluvia de hoy es diferente, su sonido acompasado al venir se combina con la brisa y me transporta a Misantla, aquel rinconcito del Totonacapan veracruzno dónde crecí, el sonido de la lluvia cayendo finamente, con constancia, entremezclado con el sonido de las hojas de los árboles suavemente agitadas por la brisa otoñal me traslada en el tiempo y el espacio. 

La lluvia cae y moja el aguacate que puedo ver desde los cristales de la puerta, antes de que empezará a llover hasta vi un colibrí, imagínense mi dicha; el olor de la lluvia que se inmola sobre el suelo tibio, deja como estela su aroma vaporoso, y me imaginó allí encuclillada en el marco de la puerta, con edad pre escolar, sin ninguna preocupación, ni ocupación más que ver llover y no salpicarme tanto. 

Las casas de Veracruz tienen alero, así se le llama al pedacito de techo que sobre sale desde la ventana y cubre parte de la banqueta, es una especie de cortesía con el transeúnte, le resguarda del sol y la lluvia, algo que me parece sumamente descortés de la ciudad dónde ahora habito es la ausencia de aleros en los techos de las casas, es como si no les importará el vecino y menos los desconocidos que hacen trayectos a pie. 

El alero solía resguardarme, salvo cuando el viento no soplaba a mi favor, y mi mamá acababa por exclamar un "niña métase a la casa, que se va a enfermar", yo alérgica a la humedad, el sol, el polvo, el pasto, la vida... terminaba por ser una hija dócil y obediente, pero desde dentro de la casa, que era de lamina de asbesto, seguía escuchando el ritmo de la lluvia y percibiendo el aroma de las gotas incrustadas en la tierra. 

Al final de la lluvia, la calle desnuda de pavimento quedaba moteada de charcos, las libélulas, mejor conocidas como caballeros en esa zona, comenzaban a sobrevolar los charquitos, los niños salían a hacer el mandado mientras el agua escampaba, los más cautos brincaban de piedra en piedra para no ensuciarse, y los audaces salían en chanclas sin temor a agarrar sabañones en los píes. 

Yo les miraba desde el umbral, ajena a la responsabilidad de ir por el mandado, para eso estaba mi hermano mayor que era arrojado y diestro brincando en las piedras, años de caídas le habían costado adquirir tal habilidad casi  circense. 

A veces la lluvia volvía y nos acompaña por días, por noches, noches de arrullo y humedad, serena, con su pasividad cubría cual quier vestigio de sol,  en mi memoria hay semanas enteras sin un ápice de sol, cubiertas por una pasividad acongojada de una lluvia más bien despreocupada que caía sin prisa, se estacionaba y se tomaba su tiempo para regar con ahínco cada rincón de mi infancia. 

Hoy la lluvia moja mi mente, tierra fértil para evocar memorias, me sumerge en la melancolía de una infancia despreocupada, me baña de nostalgia y añoranza de tiempos pasados, bajo el resguardo de aleros lejanos en el tiempo y el espacio. Hoy miro la lluvia desde el cristal que no me permite salpicarme ni olerla, pero aún la percibo y la adivino, distinta, más fría, pero atemperazada como siempre.

y extraño, echo mucho de menos,  cómo una maldita desterrada que presiente cerca la muerte, lejos de su patria, lejos de su gente. El vibrar de la lluvia tras del cristal inunda cada poro de mi piel, provocando esta tromba emotiva, dónde el consuelo subterfugio es la epifanía del próximo acto de escapismo. 

Ayer me dio fiebre porque los cambios de estación siempre los reciento piel adentro, especialmente esté que va del vivaz verano al siempre reservado otoño, pero esta nota no es sobre el presente sino sobre el tsunami que se avecina en mi. 


domingo, 16 de septiembre de 2018

Zapatitos de Putita Educada


Esa tarde lo había decidido, inusualmente me encontré bien vestida y calzada,  lo más importante  fue que traía puestos unos zapatos lo suficientemente bonitos, incómodos y ruidosos como para que mis pasos se dirigieran serenos hacia su destino. El sonido del tacón acompasándose con el pavimento era lo suficientemente cadente para embelesar a mi siempre fiel nostalgia. 

Íbamos nostalgia y yo entretenidas, disfrutando la melancolía del trayecto ritual, la meta era llegar a la librería y coger algún ejemplar que intuyéramos placentero, comprarlo y volver a casa acompañada de un nuevo tomó para el librero. 

No sé en que momento el estante que albergaba mis libros se volvió un escaparate de amores perdidos, pero así fue, en algún momento había creado una ceremonia para dar por terminado mis relaciones interpersonales que se sellaba cuando terminaba un texto y lo sembraba en ese librero, panteón expuesto de triplay de muy baja calidad y alto contenido emotivo. 

Caminábamos despreocupadas, con la seguridad de quién visita al médico y tan sólo de estar en la recepción esperando a ser atendido ya siente alivio; de alguna manera también había un regocijo mal sano en ese paseo, en esos pequeños tacones de escasos centímetros que acariciaban el suelo y emitían sonidos no tan gráciles. 

Despacio, sin ninguna prisa, disfrutando del camino, en varios semáforos me detuve, aunque tenía la posibilidad y el tiempo de pasar,  sólo para verlos cambiar de rojo a verde y viceversa, luces que hoy combinan con nuestro mes patrio. Una conductora llego a mirarme con desesperación, no cruzaba cuando podía hacerlo, quizá era preocupación lo que reflejaba su semblante o temor a que cuando la luz cambiara al verde me arrojará al arroyo vehicular e interrumpiera fatalmente su trayecto.

Probablemente llevaba en el rostro tatuada esa sonrisa socarrona de éxtasis masoquista.

Esta vez el ritual había sido engalanado con un par de zapatitos de putita educada, imprimiéndole un aire solemne y una dosis de incomodidad que aderezaban el sentido de perdida con un poco de malestar físico auto infringido, metáfora fenomenológica del deber ser mujer, muy ac doc con el ideal de la praxis romántica introyectada desde la más tierna infancia en nosotras.

Dolor físico focalizado en los píes, porque el cansancio de la caminata ya no era suficiente, había que renovar la ceremonia para conservar la eficacia simbólica, ya que la importancia del ritual radica en el proceso, la importancia de la caminata y mi fetiche por las extremidades inferiores resultaron en una armoniosa sinergia premeditada.

Deseaba que el camino nunca se agotará, tomé el trayecto más largo, y di un par de vueltas innecesarias, quizá dándome tiempo para cambiar de opinión, dándole tiempo para dar alguna señal de-vida, aunque la decisión ya estaba tomada, incluso sabía el ejemplar con el que le incluiría en mi panteón literario. 

Llegue directo a los estantes de narrativa iberoamericana, en busca de la legendaria melancolía uruguaya, Horacio Quiroga y sus Cuentos de amor, de locura y de muerte encumbraron el rito, me pareció pertinente, quién sino él, un escritor suicida, de padrastro, esposa e hijos suicidas, el título me pareció por demás pertinente.

Un escritor suicida para la inmolación simbólica que aquella conductora adivino en mi rostro. 

Antes de irme husmee en la librería, aferrada al ejemplar, mi libro, nuestro libro, recorrimos la tienda juntos, ahora eramos al menos tres, nostalgia, el texto y yo; más tarde se nos unirían un montón de personajes productos del ingenio del autor.

Me aferraba al libro como si fuese el brazo del mismo Quiroga,  y yo estuviese allí al lado de él en sus últimos momentos tratando de impedirle beber el veneno mortal, cianuro. 

No quería que la cúspide acabará, pero no había más que hacer, una vez empezado el rito era menester terminar, de lo contrario perdería su eficacia en futuras ocasiones, el sonido del tacón con la madera estaba empezando a resultar menos lastimero que el que se produce con el pavimento y no quería aún darle tregua a los pies. 

La transacción monetaria fue rápida e impersonal, la cajera no se percato del suicida que lleva del brazo. 

Volvimos a la calle los tres, a recoger los pasos, a ordenar de a poco los pensamientos, la lenta caminata me había dotado del tiempo pertinente para racionalizar aquel rompecabezas sentimental, de templar a aquel manojillo de emociones que me permito ser de vez en cuando. 

Repase mis pasos nostálgicos, los mire de cerca y bajo el cielo nublado que pronosticaba lluvias me parecieron más bien melancólicos, empece a percibir con mayor intensidad los resultados de la caminata cuando un piropo, acción sin sentido de ser o existir en el mundo, me deposito de nuevo en el plano de los mortales, estaba sudada y las plantas de los pies vaticinaban ampollas. 

Pero aún no deseaba llegar a casa, necesitaba volver a mi habitación con el ritual terminado para dejar de cargar con el signo del sacrificio, para exorcizarle  del lecho que alguna vez compartimos, leerlo fue rápido, mis ansías suicidas estaban saciadas y sólo necesitaba concluir el proceso, algo así como pronunciar la palabra de cierre de todas las oraciones judeocristianas, sucedió en un santi-amen.

Llegue a casa, deposite el ataúd en su lugar mortuorio, me descalce y sentí el palpitar de mis extremidades, la sangre fluyendo, el anuncio de futuros cayos, signo indiscutible de los caminos recorridos. Estaba hecho, indiscutiblemente me encontraba lista para una próxima travesía literaria. 





*Pd. Por si querían saber, los Zapatitos de Putita Educada son todo aquel calzado que las haga caminar por el mundo, seguras, sintiéndose con la plena capacidad de pensar, reflexionar y tomar las riendas de su vida erótica.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Reflexiones de una perra feminista


Hay un tema que me aflige mucho últimamente, la cuestión de como estamos haciendo y construyendo desde los distintos feminismo, la preocupación de la facilidad con que personas montadas en discursos feministas comienzan cruzadas siniestras en nombre de la soraridad, el amor entre mujeres o el continuum lesbiano, la facilidad con que se endilgan el gafete feminista, y como buenas mercenarias encuentran el discurso perfecto para recibir apoyo incondicional  -gratuito- y la excusa ideal para tornarse impermeables a las críticas.
Estoy preocupada y no encuentro otra manera de expresarlo más que decirlo llanamente, me preocupa, me preocupan los discursos sin práctica, las prácticas sin reflexión, me preocupa que se nos pierda del panorama que el feminismo como propuesta y apuesta nunca ha estado desvinculado de la praxis, de poner el cuerpo, de reflexionar desde una misma y las relaciones que entabla una consigo misma, con la otredad, una otredad compleja que comprende personas en distintos lugares de la estructura social, que incluye tanto a pares como subordinados y superiores.
Pero saben que es lo que más me preocupa: la autocomplacencia, aquella que se conforma con alzar la voz sobre el subalterno para replicar la misma dinámica de opresión, aquella que apela a la superioridad académica, a la legitimidad en prestigio, que se encumbra en trayectorias activistas, que apela a discursos maniqueístas de un cuasi feminismo, que tristemente acaba traduciendo en practicas sectarias dónde "la amiga de amiga es mi amiga y la otra mi enemiga", y allí esta de nuevo el patriarcado replicándose en nosotras, construyendo mujeres legitimas, nuestras "fuentes confiables" y allí estamos nosotras -la mayoría mujeres universitarias- negándonos a sentarnos a leer un rato a formar nuestra propia opinión, mamando de la teta de la compañera -hermana- porque es más fácil erigir gurús y asentir dócilmente. Suficiente para informarnos hay en los memes del facebook y el chismorreo que recorre nuestros "círculos de amor", megáfonos de restricción, tribunales inquisitoriales.
Allí estamos nosotras, siendo autocomplacientes mientras argumentamos que la "coherencia" es algo imposible y nos conformamos con revolcarnos en nuestra propia mierda, incapaces de ser autocríticas, la reflexividad nos aterra, entonces vislumbramos en el horizonte el autocuidado... le miramos a medias... ¡eureka!, salvoconducto, tablita de salvación, apelación a los afectos y al amor, todo en positivo porque no nos atrevemos a lidiar con aquello que nos punza, nos carcome y pudre desde las entrañas. En nuestra conveniente interpretación  -muchas veces corta- de lo que algunas llaman la cuarta ola del feminismo, el feminismo de las emociones dónde no todas las emociones son solicitadas, por ejemplo: el enojo, la discordia y el conflicto no han sido invitadas.
Celebremos pues, celebremos la vuelta remasterizada del discurso de lo femenino sólo que esta vez con un telón morado, mujeres juntas y amorosas, que no se nos note la miseria, seamos la encarnación del retorno de la mujer escencializada, hijas de la virgen santísima, nuestros sentimientos son todos pureza, los conflictos se solucionan con abrazos, los acuerdos se sellan con besos; porque el insulto es patriarcal, porque nosotras "no somos violentas", dicta el discurso no explicito de lo pasivo agresivo, es mejor retirarse el habla que decir lo que una piensa.
Aquí nos encontramos nosotras, confrontandonos unas con otras desde la noble habladuría, subviviendo en una inmemorial guerra fría, entre nosotros, nosotres, nosotrAS, en femenino y plural, porque incluyentAS, transformamos nuestra lenguaja, mientras conservamos la tradición de hablar las unas de las otras prescindiendo siempre de la presencia de aquella a quién se cuestiona; eso si, con la notable variante de que ahora lo hacemos en femenino. Apostamos por la forma y el fondo lo dejamos para después, primero lo inmediato, lo importante no sé. Allí estamos nosotras alzando la voz frente al subordinado y nuestras pares, pero con las personas que se encuentran en posiciones de poder, con esos estratégicas hay que ser, respeto al tirano, con educación y paciencia hacerle entender al político y el burgués, bien peinadas y de vestido para no desafiar el estereotipo. Sabias al hablar, bellas de ver, prolongando los rituales del poder.

y luego allí estamos nosotras las "universitarias críticas", encabezadas por unas cuantas académicas, preguntándonos quién aporta más, si la que cabildea o la que se pelea, allí estamos eruditas viendo desde la banqueta, no sea que nos vayamos a asolear, allí nos veo regurgitando lo que dijo tal o cuál, autOr de historieta; allí estamos esperando a ser lo suficientemente feministas para tomar una pancarta, para gritar una consigna, para contestarle al docente, para cuestionar al compañero -muchas veces nuestra pareja-, sin notar que algo se hace al no hacer

atte. La Perra Sororaria

lunes, 10 de septiembre de 2018

Líneas basura 2

Hoy tengo cólicos también, en esta ocasión son más leves, en momentos como esté suelo compartir mi malestar con el bato en turno pero últimamente he perdido la fe en la capacidad de los onvres  (con los que me involucro) para ser empáticos y/o útiles en el ancestral arte de sobar pancitas o incluso decir algo reconfortante. Total que estos días hormonales me doy licencia de escribir fruslerías, aquí voy de nuevo:

emoji

A veces quisiera no darme cuenta
que no se me fuese a notar,
que espió con la ventana abierta
y muero de curiosidad.
A veces quisiera que no se notara
hacerme la loca sin rechistar,
que alusino con tus ausencias
y un emoji me hace vibrar.
A veces quisiera no exasperarme
no llenarme de rabia hasta llorar,
porque analizo cada carácter
cada palabra sin parpadear.
A veces quisiera ya no extrañarte,
no abrir la ventana para esperar,
no analizarte, no ambicionarte,
no quedarme a la espera cuando te vas.
A veces quisiera no idealizarte,
no tomar tus palabras con seriedad,
perder la manía de hablar constante
dejar de alimentar este deseo voraz.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Introspección


Que tu pensamiento no tenga pies
que tu humanidad sea miope
sorda tengas la fe
para aguantar el galope.

En este valle de penas
de mentes atormentadas
reinan las reflexiones tardías
y las conciencias adormiladas

En esta tierra de nadie
estampa de día de muertos
se escuchan de fondo lamentos
de voces acongojadas.

La ignorancia es imperante
su veracidad es increpante
cuando de pertinencia se trata
es mejor tabula rasa
que ciento en mano apabullante.

La ignorancia y la mediocridad
se encuentran aquí divorciadas
es preferible el desconocimiento
que la sabiduría forzada.

¡Abortad la erudición!
que adormece las conciencias,
y con palabras rebuscadas
autoriza genocidios con plena displicencia.

En este planeta de locos
que tu pensamiento no tenga pies
y mejor se alquile alas
aunque cuesta aprender, ¿Cómo ves?


L'Atormentada

L'Atormentada

Ser inteligente duele
lo decía la Castellanos,
la que tenga mejor suerte
ha incurrido en auto engaño.

Mis respuestas son agudas
mi lengua bípeda es,
sin embargo yo quisiera
que mi pensamiento careciera de pies.

Mis señalamientos son rancios
a más de una incomodarán,
no intento sanar heridas
vengo a profundizarlas más.

Vida mía no estés tristes
triste vida a dónde vas,
deja de lamerte la herida
o no sanará jamás.

 ¿A caso vas a la academia,
de dónde no sales más?
Vas a volverte sabia
para ocupar un lugar.

Las academias de latín
abarrotadas se encuentran,
con muchachas de buen fin
que el conocimiento no  atormenta.

Si el conocimiento ya no es tormenta
ni la inteligencia causa escarnio,
leer y escribir ya es logro vano
que fomenta el patriarcado.

Vida mía de dónde vienes,
vida mía a dónde vas,
vienes de resolver lo urgente
para olvidar lo demás.

Apresura ya los pasos
a la casa del saber
los filósofOs y sabiOs
no sólo hablan francés.

La academia ya nos incluye
nos borra la conciencia en igualdad,
nadie egresa con actitudes
para ejercer su humanidad.

Presas aún de un conocimiento genérico,
emparedadas en un raciocinio cadavérico,
ser novicia es tormento estratosférico,
pero ser ungida  es un sufrimiento retórico.

Vida mía de dónde vienes,
vida mía a dónde vas,
ve a lamente la herida
para que no sane jamás.
Vida mía eres simple
simple vida no más,
triste tu fin será
igual que el de muchas otras,
quienes en sus mentes gestan
la génesis de sus derrotas.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Karina en mi memoria

Ahora una historia de la infancia:
Cuando yo iba en la primaria, había un profesor que solía regañar mucho a una compañera del salón, hija de mamá soltera, no se le daban mucho los estudios, gorda, que además vivía el constante señalamiento de un montón de niños estúpidos de seis años gordofóbicos .
El profesor que era un señor que media casi dos metros, solía golpear con el metro en el escritorio para hacer valer su autoridad, su voz grave y estatura nos imponían bastante. Yo le conocía desde que tenía tres años porque era amigo de la familia y me contrariaba mucho la distinción en el trato, mientras a mí me daba dulces y elogiaba a mis papás, con el abuelo de Karina sólo había quejas, alguna vez llegue a escuchar el arcaico permiso para que le pegaran.
Tenía otra compañera que era hija también de mamá soltera, hago esa distinción porque por allí del 97 que yo iba iniciando la primaria en el pueblo era algo que causaba notoriedad, sin embargo mi otra compañera era blanca de ojos de verdes y aunque también se le dificultaban los estudios nunca recibió coscorrones, ni reglazos en la espalda, ni jalones de orejas, ni señalamientos humillantes frente a todo el grupo.
A Karina la sentaban primera en la fila porque era la cinco en la lista de asistencia, justo frente al escritorio, yo me sentaba detrás porque era la número siete, por lo que mi angulo de visión siempre fue cercano, y no pasaba inadvertido el hecho del mal trato que recibía de manera particular, nosotras fuimos compañeras desde el kinder, en ese entonces ya era a todas voces sabido que su abuelo le pegaba en casa y además ahora en la transición del jardín de niños a la primaria la violencia había invadido otro ámbito de su vida, el escolar.
Recuerdo verla sentada en la silla de paleta color verde agua, llorando ante una serie numérica incompleta, mientras el docente la regañaba con frases que aludían a su situación familiar, lo mal agradecida que era y que seguro no había terminado la tarea porque la tarde se le iba en puro jugar, como acotación diré que la primaria a la que asistimos era vespertina.
Ese día cuando llegue a casa le pedí a mi mamá que hablara con el profesor, más tarde ella me encomendó la importante tarea de abordar el asunto directamente yo misma, con la acotación de que sino lo lograba ella intervendría, así que a la hora del recreo del siguiente día me arme de valor para quedarme en el salón y tratar la problemática, las manos me sudaban, las piernas me temblaban pero lo hice.
Francamente no recuerdo la charla, ni de que manera funciono, pero al menos espero que los comentarios de una niña de seis años que observaba el trato desigual que había en el salón le dieran vergüenza, a Karina la cambiaron el próximo ciclo escolar al otro turno, la verdad me dio gusto por ella porque volvimos a repetir con el mismo opresor.
De esa experiencia aprendí bastante, a expresar mi opinión y punto de vista sin agachar la cabeza y mirando a los ojos a la persona con la que me encuentro en desacuerdo, sin importar que la posición jerárquica, física, etaria, genérica o contextual fuera superior a la mía; gracias a mi madre comprendí que mi voz de niña era igual de válida que la de cualquier otra persona y lo más importante, aprendí a expresar mis inconformidades de frente, no conformarme con hacer murmuraciones cuando es preciso alzar la voz.




jueves, 24 de mayo de 2018

Letrillas

Es mayo



Hoy estoy recordando en mi memoria poemas de Rosario Castellanos porque es su aniversario,
el clima es agradable desde la azotea, la luna está arriba destiñendo su plenitud, menguandose,
con el paso de los días de a poco esbozará una coqueta sonrisa.

El aire es fresco, sino viviera en un contexto tan inseguro muy probablemente estaría sentada
en los columpios del fraccionamiento, disfrutando de la brisa perfumada,  aroma a lili,
que endulza la noche, pude percibirlo desde las 8 que apresure mis pasos
para dejar la basura en la esquina.

Sin embargo no menosprecio la preciosa vista que se me regala desde la zotehuela,
la noche, la luna, la noria/estrella de Puebla, una inversión necia que hoy inicua alegra mi mirar,
el letrero del oxxo que resplandece de la misma manera, el sonido de los autos a lo lejos,
y el viento fresco que me relaja a pesar del acecho de los mosquitos.

Es mayo, el sol se encuentra en géminis, es el aniversario de Rosario Castellanos
mi poetiza favorita, y la semana que viene será el de Guadalupe Amor
quién también es todo un personajazo.

También será mi cumpleaños, aunque este texto no es para hacer corte de caja,
no suelo reflexionar al respecto,
los cumpleaños más bien para mi son días en que puedo haraganear a mis anchas
y ocultarme del mundo, de los triste “hbd” que ponen por compromiso
las personas a quienes las redes sociales les recuerdan a ti.

Cuando vivía en mi Pueblo solía ir a dar caminatas al río, arremangarme el pantalón
y andar por la orilla en compañía de alguna amistad cómplice de mi ausencia,
apagar el teléfono portable y sentarme en alguna roca a escuchar el sonido del agua,
disfrutar el reflejo de la luz en ella y observar las libélulas volar.

Me gustan las azoteas,
cuando vivía en la casa de mi padre me sentaba por la noches a tomar el fresco,
y observar a las personas pasar, me recostaba a ver el cielo nocturno,
aunque todo acabó cuando inicie mi vida romántica
y la azotea se volvió un lugar de espera, de visitas de amorosas,
de incertidumbres adolescentes y ansiar la partida a la universidad.

Hoy tengo una nueva zotehuela y me gusta, me gusta justo estar parada aquí,
con la computadora amenazada para caer un par de pisos abajo,
aquí con los mosquitos al acecho, la brisa que trae rumores lejanos,
y el árbol con hojas de colgantes que produce melodías discretas
esta noche que el viento lo acaricia con fragilidad.

Es mayo y ya casi acaba el mes,
y en cuanto acabe el mes,
justo el primer minuto de junio estaremos cada vez más cerca del próximo mayo,
es mayo y mayo es mi mes.

domingo, 6 de mayo de 2018

Relato

La noche anterior lo había decidido después de la tercera o quinta botella de vino, un mensaje, en respuesta una llamada y al otro día yo comprando un boleto, el boleto para dirigirme al puerto, esperaba con dudas e incertidumbres en la sala del ado, deseando ya estar abordo  para descartar la posibilidad de echar para atrás, cuando el bus salió del anden sentí tanta paz, ya estaba hecho iba de vuelta al lugar de noches de sábanas adheridas a la piel, amenizadas por el andar torpe de ventiladores pegados al techo, cuyas danzas mortales amenazan todas las noches la vida de los jarochos, estaba volviendo al lugar del que quizá no debí de haber huido. 

Un par de horas después me encontraba en el lugar de siempre esperan a Andrei, nunca sabré si el lo consideró así, pero la trillada asta bandera siempre fue nuestro lugar de reunión, el típico lugar corriente, nada especial que emplean todos, quizá lo consideré nuestro porque la cotidianidad me parece romántica, porque de algún modo en aquel húmedo y salino lugar anclado a su piel finque un hogar imaginario.

Él era estudiante de psicología y yo de comunicación, ahora él era más "realista",  había dejado la psicología, tenía empleo, auto y solvencia económica, incluso en su historial de amores fallidos había ya algunos intentos de establecerse, intentos que hasta la fecha he mirado con bastante ternura, ya que hasta hoy la naturaleza de su amor me parece incompatible con el compromiso, un amor que clasificaría más bien como libre y honesto, realista entorno a la inexistencia de la monogamia , o quizá aún lo continuo idealizando. 

Lo esperaba descalza en la playa un tanto inquieta, preguntándome si aún nos parecíamos aunque sea un poquito a los que fuimos hace siete años, y la respuesta no se hizo esperar, allí estaba él desde la plataforma pavimentada del asta tratando de escudriñar cada milímetro de la playa tras sus gafas oscuras, innegablemente era él enfundado en un pantalón de vestir y una camisa blanca, sus sandalias despreocupadas y bermudas de universitario habían desaparecido pero sin duda era él.

Justo me ponía los zapatos desde el otro extremo de la playa y los sentimientos se agazaparon cual tsunami, las ganas de correr pero a su vez retrasar ese encuentro me tenían azorada, sí retrasarlo para disfrutar eternamente  la expectativa de vislumbrarlo casi al alcance de las yemas de mis dedos, allí estábamos a punto de encontrarnos y una sonrisa incontenible invadía mi rostro, mis músculos faciales reventaban de alegría, de felicidad, caminé esos últimos pasos para reencontrarme con él a sabiendas  de que irme fue la decisión adecuada, ya que la emoción del recuentros me llena el alma.

Llegamos a su cama, dónde recordé la simpleza de las relaciones carnales, el disfrute de comprender que aunque no compartimos las mismas posiciones ideológicas, la piel llena de terminales nerviosas  transciende teorías, religiones y prejuicios; sin duda alguna ya no eramos los que fuimos, la vida y las distintas parejas nos habían dotado de nuevas caricias, manías y artilugios sensuales, maneras de explorar al otro y compartir.

Arribar en el lecho fue un ejercicio de memoria y redescubrimiento, sumado a un par de galletas espaciales y la constante música de cultura profética hicieron que los tres días se fueran en un parpadeo, literal un parpadeo ya que entre nuestro estado de enajenación, los ojos cerrados de placer, tareas únicamente interrumpidas por las horas en que muy merecidamente nos abandonábamos a retozar en los  brazos de Morfeo, me la pase prácticamente con los parpados pegados, sólo abrí los ojos para despedirme en la central de autobuses y ser depositada con un breve beso de despedida en la realidad. 


domingo, 29 de abril de 2018

Por un segundo cambiar el nombre


Cómo quisiera ser Mayra
o Abril o Lupita o Juanita o Nikol
o quién más necesitaras tú
¿Quién iba a decir que un enredo semántico
me haría por un segundo desear cambiar el nombre?
Perder la identidad
y ser aquella representación fonética
que se dicta desde tus cuerdas vocales.

Cómo quisiera ser Mayra
y no lo que soy,
ser lo que te hace falta
emanar de tus labios
sin temor de abandono,
nacer, vivir, morir allí
silbido, chasquido, cualquier sonido.

Ser Mayra y no esta bruja mestiza,
renunciar a ser Mar inquieto,
ratón huidizo,
lunática fugitiva,
y a su vez jamás a ser Yo.

-y sin embargo-

marciana en las tierras del amor romántico,
peregrina en la búsqueda de la deconstrucción,
sin saberlo desde hace años nos descartaba
mientras gritaba insubordinación.

¡Cómo quise ser Mayra!
- con resignación-
¿Cómo quise ser Mayra?
- en interrogación-
¡¿Cómo pude querer ser otra  y no YO?!