domingo, 8 de septiembre de 2019

A Juana


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A Juana, la musa poeta, la mujer,
la monja que amó más que a dios, la humana:

La poseía la poesía 
y despertaba inundada 
fruto de una pasión negada 
confundía sueño con vigilia 
al despertar entintada
 su alma se desdoblaba 
obsequiosa en métrica y rima.  

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Desde el resguardo de sus fauces, que le proporcionaban a veces sombra y otras abrigo, aliviaba con su musical voz el temor oculto de aquel colosal espécimen.

espera







Le daba sorbitos al café y a media taza le dio por fingir que bebía, ¡Ilusa, Ingenua,Inocente! Intentaba enfatizar lo vano para ocultar lo humano, tratando de prolongarlo eternamente hundía la nariz en el recipiente en un burdo intento por rellenar a suspiros aquella espera que databa de toda la vida.

martes, 6 de agosto de 2019

Ninfa alquímica

Érase una vez una ninfa que aprendió alquimia para decantarse en polvo de estrellas y suspiros de sal, con la misión de fundirse y confundirse en la inmensidad oceánica e ir en busca del naufrago que un mal día cambio la cubierta de un barco por el fondo del atlántico, sin embargo no contó con la prisión de tiempo a la que accidentalmente iría a parar al ser confundida con simple arena de mar. 
Desde entonces espera paciente el reencuentro con su otra mitad, una horda de suspiros, el tibio aliento que de un tierno soplido la podrá liberar. 

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jueves, 1 de agosto de 2019

Deseos curiosos


Ideas voluptuosas,
exaltaciones vaporosas,
manos cariñosas
que corretean curiosas,
pasiones fervorosas
de censuras religiosas,
caprichos lujuriosos
de dedos pecaminosos,
fantasías salvajes
de deseos fugases,
respiraciones voraces
de antojos kamikazes.

sábado, 27 de julio de 2019

gravedad alquímica

Salí de mi casa por vez primera en el verano del 2009, con una maleta a cada lado y muchas ganas de jamás volver.

Recién cumplidos los 18 años sucumbí al llamado del conocimiento académico, las universidades foráneas me sedujeron cual sirena en pleno naufragio, desde entonces han pasado 10 años.

Me fui de casa con el trazo firme de una sonrisa, que con el pasó del tiempo y a fuerza del uso forzado se ha ido suavizando.

La primera despedida fue sencilla, amortiguada por un colchón de expectativas y esperanzas varias, durante un par de años reinaron las despedidas vanas, sin embargo a medida que pasaba el tiempo el peso de la distancia comenzaba a saltar los resortes del endeble colchón de la esperanzas, que al recibir mi cuerpo comenzaba a emitir  la onomatopeya  "¡des!".

He me aquí justo ahora a una década de distancia devuelta en la órbita materna repensando la manera de devenir planeta y dejar de ser estrella fugaz.

y he me aquí tratando de desafiar al buen Newton para encontrar la manera de aumentar sólo una  milésimas ese  9.807 m/s² que nos ancla a la tierra, y así  tratar de dirimir alguna teoría charlatana sobre el arraigo, una nunca sabe, quizá pueda tener la suficiente suerte para no acabar aplastada ante la gravedad del fracaso y con un poco de tino alquímico tal vez hasta logré que mis píes se tornen raíces. 


domingo, 21 de julio de 2019

Las alhajas de mi tía



En la familia los aretes siempre fueron importantes, además de la manera ideal de halagar la belleza femenina, esas delicadas piezas de orfebrería han jugado un importante papel en una tradición donde las mujeres no heredamos más que nuestros vestidos y alhajas.
Lo descubrí un buen día, en  que atrincheradas en la cocina entre cacerolas, confidencias, vapores aroma  café y canela se comentaba de las estrecheces familiares, fue entonces cuando pasado el dramatismo de la confesión una tía se despojo de sus aretes.
Estaban allí sobre la mesa las dos piezas elegantemente esculpidas que asemejaban un par de lirios, la tía era una santa, se había despojado de un tirón de todo cuanto poseía para después pasar  por tonta y olvidadiza a los ojos de su marido.
Y la misión apenas iniciaba, a partir de este gesto la red de ayuda femenina se activo y todas eramos parte del complot, desde la que fingía darse cuenta de la desnudez lobular con asombro, la que iba con discreción a la casa de empeño,  hasta las más pequeñas que simulábamos buscar las piezas por si de casualidad estaban abajo de un algún mueble.
A veces creo que los varones también jugaban parte de la artimaña cuando con cariño y resignación sugerían a alguna de sus hermanas ser más cuidadosas, dicha acción ponía en tela de juicio la titularidad de las joyas familiares más no su kilataje datado en generaciones de mujeres bienintencionadas.

lunes, 8 de julio de 2019

deshabitada

Me daba 
y me entregaba 
sin esperar nada 
generosa me obsequiaba 
gustosa de quedar vaciada 
solicita de la reciprocidad negada 
necesitada de estar deshabitada

La Nela

Si tu me mirarás 
moriría como la Nela, 
la pobrecita Marianela 
apocada,
a minorada,
ninguneada, 
incinerada por una mirada 
ávida de belleza, 
una mira que con destreza 
ignoraría mi naturaleza, 
y yo moriría de tristeza 
diluida en la sutileza 
de quien busca en lo feo nobleza.

domingo, 7 de julio de 2019

La Feminazi y el Jabón


Lo vi por primera vez en una tienda orgánica, lo encontré entre suaves aromas, estaba allí  artesanal, hipoalergénico, eco friendly, no dude en llevarlo a casa, le asigné un lugar especial entre el gel corporal y el shampoo, hace mucho que no usaba jabón en barra pero estaba dispuesta a volverlo a intentar, la textura y el aroma prometían una gran experiencia. 

Por la noche llego la hora de la ducha y acudí a él, me desnude y corrí el cancel, mi cuerpo comenzó a humedecerse bajo la regadera, había llegado la hora de  dejarnos de coqueteos y desempaquetarlo para mirarle también despojado de etiquetas, ¡hola feminazi! bufo para ocultar su timidez, me hubiera desconcertado de no estar acostumbrada al mote, recordé que justo por ello había cambiado la rigidez del jabón en barra por la sutileza de su versión en gel, menos aspereza más gentiliza. 

Le sonreí con ironía y comenzó la espumosa faena. He de confesar que tuve que ceder un poco para propiciar la tregua  y  que comenzará a abandonarse al compás de la regadera, después de unos minutos acaricio mi cuerpo dejan como huella el rastro de su perfume.

El baño se volvió toda una ceremonia, la misma hora, el mismo lugar, el mismo saludo sardónico, discutir, ceder, terminar envueltos en la densa niebla aprisionada por el cancel, para de allí retirarme azorada a la habitación,  mi guarida de  estrategias fallidas, el vientre de explicaciones afectuosas, libro de cavilaciones hechiceriles y embrujos afectivos. 

Pasadas un par de semanas comencé a notarle menos combativo pero también más delgaducho, las efusivas discusiones habían dado paso a largos periodos de silencios, duchas más apacibles entre la bruma del agua tibia, ir perdiendo la contienda racional a fuerza de ejemplos sencillos le comenzaba a romper el espíritu, cada vez era más perceptible como languidecía entre mis manos. 

La última semana comencé a correr el cancel con temor de no encontrarle por ningún sitio. Hubiera bastado con espaciar el bañarme un par de días para alargar lo nuestro, pero no quería que se me notará lo cobarde, no deje de acudir a nuestras citas, cómo quien religiosamente va al templo a espera de algún milagro, sin embargo el milagro jamás se presentó, se imaginan lo hilarante un milagro para la feminazi, ¿Qué seguiría después, llovería vino de nubes menstruantes?

La última semana llegó y lloré quedito, casi imperceptible,  bajo la llovizna cómplice que ofrece la ducha, ante la inminencia de los días contados. Las duchas continuaban cadentes, casi armoniosas, el agua me surcaba el rostro mientras a él le erosionaba los prejuicios, día a día al final de la contienda iban a dar a la cloaca partes de lo que una vez fue, paradigmas vencidos.

jueves, 27 de junio de 2019

Cuerpo

Cuerpo

Veneno y piel,
deleite y hiel,
mi cuerpo a expensas del placer;
instrumento de disfrute
objeto de satisfacción
herramienta del deseo
utensilio de sensualidad
material de goce
repositorio de lujuria
urna de desenfreno,
sórdida fantasía
de inmemorable pasión ancestral.

lunes, 24 de junio de 2019

Puta


Puta triste,  en el ojo
que me mira sin decoro.
Puta silente, para quien 
me prefiere como ausente.
Puta nostálgica, para mí
que conozco mis demonios.

Y aunque puta he de ser
desde varias perspectivas, 
es mejor desmerecer,
decrecer de sus elogios,
que devenir musa afligida.

jueves, 20 de junio de 2019

El fantasma del fascismo


El fantasma del fascismo
de la tumba se ha levantado,
no hay cosa más siniestra
que su imagen tan repuesta.

Maestro de la cordialidad
no teme a la hilaridad
de negar la humanidad
a quienes juzga con severidad.

El fantasma del fascismo
de científico se ha disfrazado,
reforzando los supuestos
de prejuicios infundados.

Aguza bien el oído
en las noches más oscuras,
es posible escucharlo
murmurando su amargura.

Argumenta de derechos
desde la moral más añeja,
intentando reducirlos
a las personas que rezan.

Afina tu perspicacia
y entrena bien los sentidos,
no vaya a ser que mañana
en tu cabeza ya tenga nido.

El fantasma del fascismo
anda al acecho,
con valores de otro siglo,
abduciendo a los perplejos,
con pasados gloriosos
alucina quejumbrosos
que ávidos de espejismos
se dejan seducir
por cuasi silogismos.

Si esto te esta incomodando,
obsérvate en el espejo
en busca de su reflejo,
y reconoce si estás poseído,
que para exorcizar al fantasma
no hay que perder la calma
ni la práctica constante
de examinarse con frecuencia.

¿Cómo indentificar un discurso de odio?



En este mundo donde se fetichiza el saber resulta tremendamente cómodo adherirnos a ideas e interpretaciones parciales de textos científicos, ver vídeos de entrevistas en you tube y con sólo media hora conformarse con el espejismo del conocimiento,  dejarse seducir por un orador u oradora que más o menos regurgita tal o cual teoría o autor es parte del check list.

El conocimiento por fetiche nos hace creer que es más sencillo mamar del conocimiento amigo que adquirir el propio, que leer un libro.

Teorías complejas son reducidas a frases friendly y memes  se sirven a la carta día a día desde nuestras redes sociales, traducciones parciales de un todo complejo reducidas a triste guiñapos carentes de espiritu crítico.

Para aparentar que sabemos nos conformamos con cualquier cosa que se ajuste más o menos a nuestro prejuicios, el sentido crítico  pierde su centralidad frente a la búsqueda  frenética de enfoques que se sumen a nuestra visión parcial del mundo, que demuestren de una buena e irrefutable vez que no estamos equivocados, la ciencia se ha tornado fe.

En esta línea sucesoria elemental que planteaba el evolucionismo de la transición del pensamiento mágico al religioso y finalmente al científico algo ha intervenido tumultuosamente, quizá ha sido la autocomplacencia, el enorme hueco que deja la ausencia de reflexividad, la negación a cuestionarnos en primera persona  y un ingenuo entusiasmo que se deslumbra apenas encontramos aquello que creemos buscar.

El conformismo intelectual es cosa de todos los días, es fomentado a diario por un montón de cuasi verdades que pululan en nuestra cotidianidad, porque cualquier cosa nos parece razonable siempre y cuando se ajuste minimamente a nuestra visión del mundo. 

No voy a negar que es jodido esperar ávidos lectores en un país de pobres, dónde el costo estándar de un libro equivale al triple de un salario mínimo, sin embargo voy a tomarme el atrevimiento de dejar una invitación a la autocrítica,  a desconfiar de aquel cuasi conocimiento que deslumbra cual espejo al sol, que nos ilumina el rostro y se presenta fácil, ese que se ajusta perfecto al estigma contra el prójimo, a crear enemigos malévolos, el que alienta a la suspicacia de seres que ya de por sí considerábamos indeseables.

Voy a dejarles este consejo porque el fantasma del fascismo anda al acecho de cuerpos que poseer, de mentes que abducir, se niega a permanecer en la tumba y se levanta para andar entre los vivos engalanado de discursos cuasi científicos, sólo basta descuidarse un poco  para encontrarlo disfrazado tras el antifaz de los derechos, pero no se asusten que es fácil identificarlo, observa bien y podrás notar como frunce la nariz ante ciertas poblaciones, los inmigrantes, los gays,  los trans, los negros, los pobres, los torcidos y todo aquel o aquello que no se ajuste a sus creencias; y si ello no es suficiente aguza bien el oído porque podrás encontrarlo discutiendo de la moral cuando de derechos se esta debatiendo, ese es su el más distintivo.

Así que a continuación te voy a dejar una serie de consejos para que antes de opinar observes si en ti no se encuentra su reflejo, devenido del odio más añejo:


¿Cómo identificar un discurso de odio?  (cuestione lo siguiente)

  • Fomenta la estigmatización de los otros para validarse
  • Recurre al pánico y terror basado en estereotipos
  • Apela a generalizaciones basadas en casos aislados para caracterizar poblaciones completas
  • Presenta a poblaciones enteras como una amenaza para el bienestar común
  • Emplea una mirada reduccionistas y polarizante para problemáticas complejas (hay buenos y malos)

Recuerde que los discursos de odio no necesariamente hacen que salgamos a la calle a asesinar o matar gente, lo que si fomentan es la tolerancia y justificación de situaciones violentas e injustas contra la población o sujetos hacia quienes de manera previa se han reforzado los prejuicios. Quizá sea buen momento para empezar a cuestionarnos en primera persona respecto a los motivos por los cuáles creo que la existencia de determinados sujetos o poblaciones atentan contra la vida y/o el bienestar común, y qué estoy entendiendo por "bienestar común".


martes, 11 de junio de 2019

Sobre la hipersexualización de la infancia , el uniforme mixto y las niñas



Últimamente he estado repensando bastante sobre los mensajes que hay en redes sociales al respecto a la "hipersexualización" de la infancia, que justo embona muy bien con la discusión que se ha tenido sobre el uniforme mixto, y la gran preocupación para mí es que lo único que veo son críticas a la manera de vestir de las niñas, y creo que la invitación es a recordar que ni la ropa ni los accesorios fomentan la agresión sexual, y en ese sentido hay que ser muy cuidadosas con la manera en que argumentamos, especialmente cuando de fondo se anda remasterizando el pánico sexual, aquel que usa a las niñas/os como detonante del miedo. 

De todos los argumentos que se han citado hablando desde el clima hasta la ergonomía, el más aceptado ha sido el que hace alusión al acoso sexual, habría que cuestionarnos ¿a qué se debe su éxito?, y quizá la respuesta este en que otra vez nos encontramos los adultos dictando a las mujeres jóvenes, adolescentes y niñas que deben hacer, como deben vestirse. Es sorprende y preocupante la mancuerna que algunas feministas establecen con la derecha, y uno de esos espacios es precisamente  "la hipersexualización de la infancia" que generalmente se reduce a la manera en que se norma el comportamiento y la vestimenta de las niñas.  

Algo necesario a acotar antes de continuar es que todas las personas nacemos con una sexualidad que se va desarrollando en la medida en que crecemos, con esto no quiere decir que necesariamente vamos a devenir en hombres o mujeres, pero si que hay una esfera de la vida vinculada al reconocimiento del propio cuerpo, al deseo, el placer y que es parte de nuestra realidad material y que no surge por arte de magia cuanto el estado nos credencializa y ya podemos votar, sino que es inherente a nuestra realidad corporal. 
A veces creo que en el afán de justificar las medidas tomadas en el proceso de búsqueda de crear condiciones igualitarias estamos cayendo en un nuevo vicio sumamente peligroso, la creación y búsqueda de víctimas perfectas e inapelables moralmente, y sin querer con ello nos estamos ciñendo a la moral hegemónica, la misma moral que precisamente excusa la violencia sexual apelando a la ropa que usaba la víctima, aquella que repite argumentos tan absurdos como que "los niños/as provocan a los sacerdotes pederastas". Pero aún hay algo más grave que se esconde tras esta búsqueda de víctimas perfectas y es que lejos de dotar de agencia a las niñas en el discurso se les reduce a víctimas de las circunstancias, receptáculos pasivos de violencia, depojándolas de toda posibilidad e iniciativa de defenderse. 
Entonces aguas con la cuestión de la "hipersexualización" y las lecturas simples  que se le esta dando a la implementación del uso del pantalón como opción para uniformar a las niñas en el ámbito escolar,  establecer que "me acosaban porque traía falda y la falda me sexualizaba"   es uno de los razonamientos reduccionistas que sostienen la cultura de la violación, aquella que justifica los ataques sexuales en función de cuestiones vinculadas al contexto el lugar/la hora para responsabilizar a la víctima con factores vinculados con ella y su toma de decisiones y así terminar de transferir la responsabilidad de la violencia a algo tan subjetivo como el atuendo que decidió portar la persona en cuestión. 
Por si aún no queda claro lo diré explícitamente, el acoso sexual no está en la ropa, la ropa no tiene cualidades ni atributos sexuales, el foco real de la discusión debería estar en quién acosa y no en la persona acosada, no en el ente cosificado. El problema no son las faldas, ni la piel expuesta sino en el ojo que escudriña entre las piernas, en la mano que toca sin consentimiento, en la mente que busca una oportunidad para obtener satisfacción a costa de los demás, generalmente mujeres. 
Sustituir el uso de la falda por el pantalón dicho sea de paso tampoco esta paliando nada de manera sustancial, ir a la escuela en pantalón era una práctica ya más o menos corriente, lo que faltaba es que la institución lo reconociera, bueno ya nos dio esa concesión, ya se institucionalizo con el afán de uniformar, para que lleves tu pantaloncito de la tela adecuada, esto fue una manera de concordar con la premisa que justifica el uso del uniforme como recurso pedagógico para no crear distinción entre los alumnos y había que romper con la gran distinción que desestabilizaba esta premisa a través de una prenda diferenciada. Habría que cuestionarnos sobre si es el gran logro que tanto vitoreamos o apenas un pasito hacia emparejarnos con la realidad actual.
Si el problema es el acoso que se eduque a los varones para no acosar, que se enseñe autodefensa a las niñas, se fomente la organización para que regresen agrupadas a sus casas y puedan apoyarse unas a otras, que se creen brigadas de tutores que monitoreen los recorridos escolares para prevenir acoso, pero por favor, no me vengan con argumentos simplistas como que el sustituir la falda por el pantalón va a reducir el acoso cuando tiene muchos años también la observación "ese pantalón te queda muy ajustado".
Finalmente voy a cerrar invitándoles a reflexionar sobre por qué incomodan tanto los calzones y las vulvas debajo de la falta y no les incomodan los penes que notoriamente se marcan bajo pantalones de tela o los glúteos que se entornan debajo de las pinzas del pantalón; y voy a apropiarme también  de ese "se trata de las niñas", ¡claro! se trata de como nos generizan desde edad temprana, de las maneras en que nos inculcan desde pequeñas que somos objeto de deseo y que usar una prenda nos vuelve material del mercado sexual.


Este verano impetuoso


En la puerta del sol como el año que fue -susurra el ordenador- otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán de alfombra están - la suave voz de Ana Torroja  me posa delicadamente frente a la casa de los gemelos-  los petardos que borran sonidos de ayer - y sin querer empieza la reflexión- y acaloran el ánimo para aceptar que ya pasó uno más... -la inevitabilidad de cumplir años, ¿resignación - degradación ante lo inevitable? o la poco usual opción de mirar con fascinación cada signo de envejecimiento que comienzan a asomarse en este  verano impetuoso, este verano impetuoso tal como lo dijo la dueña de la tinta americana.

Me miro las pecas de sol en las manos y pienso en la abuela, los referentes femeninos del árbol familiar siempre constantes, imprescindibles, necesarias...  mi genealogía materna ha sido vital. El referente inmediato la mamá, una vivaz capricornio que con tenacidad intento educarme entre la excelencia y la empatía, gran merito en un mundo lleno de excusas y negación al prójimo.

Yo de niña fui graciosa, 
de adolescente llorona, 
en mi juventud cabrona, 
y en mi verano impetuosa
(Pita Amor)

Acabo de cumplir 28 de una expectativa de vida que oscila en los ochenta, la matemática biopolítica dice que quizá no aspiré a tanto:  el asma, la vida sedentaria, los malos hábitos alimenticios  y alcohol en algún momento harán de las suyas. Pero mientras ello sucede aquí va una lista sobre las cosas que he aprendido este año que engañosamente podría parecer estático y sin embargo fue un año llena de revoluciones a nivel de pensamiento, así que aquí va:

Tener 28 y... Recién estar cuestionándome acerca de qué espero de mis relaciones con las demás personas (amigas/os, familiares, compañeros/as de trabajo, personas con las que me relacionó en general).

Tener 28 y... Comprender que también necesito que me proporcionen cuidados y lo mucho que me desgasta la falta de reciprocidad

Tener 28 y... Decidir que no pienso volver a relacionarme con nadie sino hay reciprocidad

Tener 28 y... Reconocer que nadie esta obligado a amarme, aunque le escriba palabras bellas o sea cortés con él/ella, nada obliga a nadie a corresponderme de ninguna manera, para esos casos lo mejor será alejarse

Tener 28 y... Recordar que mi apuesta política va por la amistad, apuesta política a la que ahora se le ha sumado la ternura

Tener 28 y... Abrazar a mis amigas/os con ternura

Tener 28 y... Empezar ensayar el decir "No"

Tener 28 y... Darme permiso de ser persona con necesidades que también merecen ser atendidas

Tener 28 y... Estar en proceso de aprender a pedir favores y no ser tan estricta conmigo

Tener 28 y... Rememorar mis debilidades y aún más conmemorarlas, edificar desde la imperfección

Tener 28 y... Dejar de sentirme responsable de las demás personas, darles su espacio para tomar decisiones y no restarles agencia desde la condescendencia

Tener 28 y... Reflexionar sobre las maneras en que me bebo mi frustración

Tener 28 y... Encontrarme dubitativa respecto a si puedo continuar fincando mi hogar en las personas

Tener 28 y... Mandar al carajo a los sapiosenxuales que me hacen sentir cosificada, no soy un dildo exótico que dice cosas varias de feminismo y antropología mientras me intentan coger

Tener 28 y... Tener muy presente que el feminismo no es ningún dogma religioso, ni una moral y pensar lo contrario es la receta perfecta para el caos y la intolerancia

Tener 28 y... Tener 28 y... Tener 28 y...





jueves, 25 de abril de 2019

Desvarío



Desperté en tu sueño,
me deslumbró su brillo
¿Quién era aquella que lucía cómo yo?
Recatada, a la medida,
la pieza ergonómica perfecta,
extraída de tu costilla.
Desperté en tu sueño
y aconteció el desatino,
esa versión que de mí tu anhelas
es el principio del desvarío.

martes, 2 de abril de 2019

Microcuentos (En constante actualización)

Ando rescatando algunos de los microcuentos que he puesto en el tuister, y pues heme aquí:



Un buen día se cansó y se fue a vivir la vida alterna que lenguas ajenas le habían construido, una vida con tiempo de sobra para venganzas vanas y protagonizar orgías.

***


-¡Abrí tu pecho en busca de nostras mismas!- Le reprochaba al espejo mientras se desvanecía, a la par un charco de sangre le drenaba la vida. 

***

Ojalá es parienta de Entropía y aunque no se agradan ambas toman té con Doña Melancolía.

***

Le miraba la boca de manera furtiva procurando ocultar el deseo, sin embargo el disimulo que demandaban las buenas maneras en el tocador de damas era imposible ante el hechizo que ejercía en mí con ese color de pintalabios.

***

Estaba ahí frente al espejo mirando embelesada, observaba la celulitis, las nalgas caídas y unos pechos que jamás florecieron. Estaba ahí enfundada en ese cuerpo de adolescente tardía, fascinada ante las arrugas prematuras que ya comenzaban a acunar historias.

***

Había llegado la hora de hacer frente a sus pecados, a tan tierna edad esperaba la orden de cara al pelotón de fusilamiento, el delito: robar un par de panes rancios en época de hambruna. Murió con una sonrisa de satisfacción y la panza bien llena.

***

Le conocí en la peda. -¿fumas?- asentí y dos cajas se presentaron ante mí, una blanca otra roja, honestamente me daba igual así que elegí al azar, acto seguido una sonrisa triunfal se esbozó en sus labios. ¿Qué había ganado? Todas mis letras a trueque por un cigarrillo.


***
Ella no quería dormir sola, él no pretendía dejarla dormir. Ella decidió no dormir acompañada.

***
¿Qué hago aquí? Me interrogo aveces, es tanto el tiempo que el flashback parece ajeno y para no olvidar recito: mi tren no había llegado a tiempo de camino se desrielo. Desaliñada emergí del metal retorcido y llegué al sitio donde debo esperar a alguien cuyo rostro no recuerdo.

***
Salivar cual perro de Pavlov después de alguna alusión al cigarro fue el efecto secundario de aquel amor que se acabo en la primera bocanada, y como daño colateral quedo el rastro de unos dedos aroma tabaco incrustados en el sistema nervioso.

***
Respuesta a Neruda

Si porque me ves callada
asumes que soy silente,
he de confesar:
es tu chachara aburrida
la que me tiene como ausente.


***
**
*

martes, 19 de febrero de 2019

Acerca de #LaCalleEsNuestra




En el marco de #LaCalleEsNuestra una pequeña reflexión, la convocatoria surgió en twitter y aunque la compartí y me sentía entusiasta al respecto el miedo me llevo a cancelar de nuevo otro plan, pero el fin de semana me envalentone a salir con una amiga, al despedirnos ninguna se animaba a dejar que la otra se fuera sola a su parada, en ello se nos fue el tiempo y la posibilidad de tomar la combi se extinguieron, yo dentro de su compañía me sentía segura, caminaba por las calles del centro deshabitado y semidesértico que es Puebla de noche... tarareaba.



Al final optamos por un sólo destino, la casa más cercana, así subsanamos la angustia de la espera que implica un "ya llegue a casa", tomamos un ruta que pasó casi vació, llegadas al paradero decidimos esperar la alimentadora a pesar de que mi casa estaba a escasas cinco calles, pero para nosotras el espacio se vuelve relativo de acuerdo a la hora del día en que se camina por ellas. La alimentadora no pasaba y decidimos caminar.

Desde la infancia me acostumbré a caminar rápido, por mi baja estatura y por seguirle el paso a los adultos, también tengo la costumbre de caminar e ir mirando hacia atrás por si acaso sin embargo para  mi amiga no era suficiente esta precaución, ella prácticamente corría por la acera, me costaba andar a su paso y entonces sentí vergüenza, de esa seguridad que yo aún conservaba, de querer tomar una condenada foto para el mierda twitter y de mi despreocupación.

Me dio tanta vergüenza y coraje, porque pensé también en las mujeres prominentes  a quienes llevan y traen sus choferes, que nunca se bajan de sus autos y ni por error toman el transporte público, mujeres tomadoras de decisiones, cuyas voces se hacen escuchar, pensé con ironía que salieron esa noche "por las que no pudieron salir" y en como "alzan la voz por las que no pueden alzar", ¡no, pues... ¿gracias?! gracias por salir a tomar la calle cuando lo que deberían hacer es estar luchando por crear las condiciones idóneas para que todas podamos salir y no andar usurpando miedos ajenos, vulnerabilidades de otras.

Lo pienso y mientras más lo pienso la ira me embargar, ante tanto lucro con el miedo de aquellas que deben salir a la calle de noche, no por la foto, ni la pose cuasi feminista sino porque esa es su hora de salida del trabajo, la escuela, por la necesidad de hacerlo,  y entonces me parecieron verdaderamente ridículas las fotos en las plazas, restaurantes y bares desde el  resguardado de cuatro paredes, una iluminación impecable y personal de seguridad.

Disculpen la comparación,  no es mi intensión herir susceptibilidades pero si invitarles tantito a la reflexión, porque me descorazona bastante tanto lucro y publicidad cimentada en un miedo y una vulnerabilidad que no llegamos a compartir, ni a dimensionar, ni a encarnar de la misma manera. A la luz de lo anterior también ando repensando nuestras actividades de visibilidad que al final parecen no transcender de la foto en redes sociales de las siempre mismas.

sábado, 2 de febrero de 2019

Por si acaso



Hace unos días encontré un tweet que me llego al alma, y me puso a pensar también en todas las cosas que pensamos y tenemos que hacer las mujeres "por si acaso" por si acaso se les ocurre matarnos, violarnos, desaparecernos y todas las combinatorias que devienen de estos tres fatídicos sucesos y suceden antes, durante y después. 

El tweet es el siguiente:



Me quede atónita cuando lo leí porque llevaba días hierviendo de rabia, ante una nota del diario cambio (siempre amarillista, nunca confiable), dónde retomaron una foto del perfil de fb  Sthepanie Michelle Vega, la típica foto con el filtro de perrito de snapchat y lo acompañaban con la frase "Sthepanie no usaba filtros", cada vez que lo pienso se me revuelven las tripas.

Esto  se conjunto con una preocupación que el año pasado surgió en mí, vinculada precisamente a la rapiña que hacen de las  fotografías en redes sociales de manera particular de las víctimas de feminicidio, y empece a estresarme ante el hecho de uno de esos múltiples "por si acaso", por si acaso llegaran a asesinarme,  por si acaso llegase a ser una víctima más,  ¿cómo me van a recordar?¿cómo me van a conocer?

y entonces ahora viva, me doy el lujo de ser banal y esperar que al menos dentro de esa mala ética periodística de robar fotografías de nuestras cuentas personales, el saqueo de tumbas del siglo XXl -considerando la transcendencia que tienen las redes en un mundo digital-, me doy el lujo de esperar rescaten una foto linda, dónde sea yo, dónde me vea feliz, dónde me vea plena, para que mis seres queridos no sufran tanto, para que me recuerden bonita porque es el único lujo que podernos darnos las mujeres (la vieja confiable patriarcal de ser  catalogadas bonitas).  

Lo pienso y me estremezco. A veces a tono de juego enuncio la importancia de la foto de perfil para que nos conozcan postmortem, me mofo pero elijo cuidadosamente la siguiente foto, me río e intento después de carcajearme sonreír, porque detrás de esta nube de humor negro se encuentra el miedo.

Hace dos semana a una chica la manosearon mientras salía a dejar la basura a las seis de la tarde, una ya se acostumbro a tomar la hora en que te agreden para tratar de exculparse ante la sociedad que te cuestiona primero, después te juzga y al final si le viene en gana se indigna. Deje acumular la basura una semana porque me daba terror salir a la esquina de mi casa y que pudiera pasarme lo mismo. 

Esta semana se han viralizado los intentos de secuestro en el metro del DF, en Puebla se ha comenzado a visibilizar el bulevar cinco de mayo como espacio de secuestro y captación de mujeres, desde allí nos abducen en Puebla.   

Da impotencia saber que incluso nuestras propias estrategias se han volteado en contra nuestra, en  el último post que leí se narra como una chica corrió a tomarse de la mano de otra para pedirle ayuda e intentar subirla a una camioneta, no estamos seguras ni entre nosotras mismas, todas las estrategias son fútiles en un mundo tan retorcido. 

El corazón se me hace jirones cada vez que leo todos nuestros por si acaso cargo el gas pimienta, por si acaso comparto mi ruta en tiempo real, por si acaso voy a talleres de autodefensa y en la ronda de preguntas surgen todas las experiencias del horror y las estrategias de como reaccionar la próxima vez, por si acaso hay una próxima vez, porque sabemos en el fondo que va a volver a sucederle a alguna.

Fue en 2017, en el marco del feminicidio de Lesvy, si en el marco porque cada víctima forma parte de nuestra efemérides dolorosas, siguen allí en nuestra memoria a espera de justicia,  surgió el #SiMeMatan, y nuestras redes sociales se volvieron epitafios digitales, daba escalofríos ver la sección de noticias que se torno en panteón ambulatorio. 

Porque ya ni siquiera se pugna por la vida sino por el correcto reconocimiento -Ninguna quiere ser La Desconocida Número N-.

También recuerdo con mucha tristeza los "si me ves abrázame muy fuerte porque puedo ser la siguiente"  y cómo se me partía el corazón cada que lo veía plasmado acompañando al nombre de usuario de una amiga, a quien ni siquiera puedo correr y abrazar todas las veces que quisiera, porque muchas ocasiones prefiero cancelar  y quedarme en casa -por si acaso-.  

Enserio que me rompe reconocer estas cosas y darles tanta vuelta, así que por favor la que no este rota en este momento que me abrace y las que lo estén que se siente a llorar un rato conmigo, ya después recogeremos nuestros pedacitos juntas. 

martes, 29 de enero de 2019

Instrucciones para quererme a ratos

Instrucciones para quererme a ratos

Enamórate de mí en invierno
cuando juro amor eterno,
enamórate de mí en invierno
justo antes de florecer de nuevo
disfruta de las sonrisas resurgiendo,
y el sarcasmo sin desenfreno.
Enamórate de mí en invierno
cuando la alegría va a la alza
y por nada del mundo estoy sufriendo.

Pero comienza  a alejarte en primavera
cuando aparece la nostálgica fiera,
la de ropa corta y píes descalzos,
en la que sólo germina libertad y llanto.
No te quedes para verano
recuerda que más vale libertad en mano
que cien promesas de amor en vano.
Aléjate de mí en verano
huye lejos, muy lejos de aquí,
piensa que fui un flirteo,
recuérdame como un desliz.

Enamorémonos en invierno
pero en verano olvídate de mí,
juguemos a ser amnésicos,
desafánate de este amor extraño,
por piedad piensa en ti.
Coquetéame de nuevo en otoño
con la nostalgia y el añoro
de las hojas desparramándose sin decoro.
Coqueteemos de nuevo en otoño
cuando el furor  se ha ido
y el frenesí se ha dormido.
Coqueteemos bajo colores sobrios
y atardeceres carmesí.

Pero por nada del mundo te acerques con el sol,
que el equinoccio de primavera me agobia,
el solsticio de verano me envalentona
y llego a pensar que sola puedo estar sin ti.
Resguárdate porque lluevo en letras,
me embriagan palabras,
y me decanto en poemas.
Escapa porque la ebriedad no basta
cuando el cuerpo esta de fiesta
las células se rebasan y la piel se tuesta
mientras busco apremiada y famélica
la excusa perfecta para ser infeliz.

domingo, 27 de enero de 2019

A los que fueron cazadores de mamuts


Desde hace algunas semanas me ha rondando una idea muy simple entorno a la masculinidad, aquella masculinidad hegemónica estoica, solemne, mitológica, esa que hacer referencia a un pasado preshitórico de cacerías de mamuts y justo hoy me encontré con un valiosísimo texto que me animo a redactar esta entrada. 

"El lamento del varón" comienza así:

Varones, quién nos ha visto y quién nos ve. Damos pena, parecemos orquídeas mustias. Hasta ayer, como quien dice, atravesamos mares procelosos; conquistamos territorios a tiro limpio; levantamos solitos, mientras ellas bordaban, las columnas de la religión, el arte, la ciencia, la filosofía. Fuimos literalmente los dueños de la Historia mientras ellas amamantaban. Enviamos a algunos de los nuestros a los polos, al Everest, a la Luna. Dictábamos la normas y las excepciones. Construimos los templos, los cadalsos, las autopistas, mientras ellas picaban cebolla y pensábamos que por eso lloraban. 
Da vergüenza hablar en plural, como poniéndonos a la altura de nuestros antepasados...

Debo reconocer que la opinión tan contundente me impacto, el estilo jocoso de redacción y la manera tan elegante de hacer mofa de esa masculinidad casi tan legendaria como su fragilidad,  de verdad que me he divertido leyéndola, pero lo que más me ha gustado es la provocación para cuestionarse un poquito ese rol tan endeble que han ejercido inmemorablemente sin rechistar.

Antes de continuar debo aclarar que no vengo a aplaudir la delicadeza de darse cuenta de su situación y empezar a hacer algo al respecto, al contrario vengo a restregarles en el rostro la perdida de la dignidad del cazador prehistórico.

Es necesario precisar que cuando hablo de la dignidad del cazador no me refiero a la fuerza bruta en taparrabo sino a la capacidad de organizarse y accionar en colectivo para afrontar adversidades, falta de alimento y contingencias naturales.

Claro que  cazaban mamuts... pero en grupo o cómo imaginan que se lograba cazar un espécimen de más de cinco metros y casi doce toneladas ¿con palos y piedras? ¡Eureka! 

Creo que el pasó del tiempo no sólo los dejó sin mamuts, sino que les arranco algo más importante,  la dignidad del cazador como estratega articulado, la capacidad de comprender y aprehenderse como entes políticos e históricos. 

Desde el feminazismo lo tenemos muy claro, la importancia de aprehendernos desde el sujeto político "mujeres" es vital, sin embargo con ustedes compañeros aunque veo una sólida argumentación entorno a problemáticas especificas  que les afectan como el servicio militar, la participación en la guerra, etc. nunca he visto alguna maniobra táctica, nunca los he visto marchar, ni manifestarse, ni encabezar una estrategia en redes. 

Es triste observar como la modernidad les ha arrancado esa capacidad organizativa de la que hicieron gala como grandes cazadores, capacidad de la que fueron capaces homínidos, cuasi hombres,  mucho menos evolucionados.

Pero es más penoso aún saberlos conformes, conformistas, con esa construcción social que los constriñe a maneras de ser y existir sumamente nocivas para ustedes mismos. Saberlos socializados a partir de la violencia y la individualidad que no les permite luchar en colectivo por causas que los oprimen desde su género, y que tienen muy claras cuando se trata de replicarnos  a las feministas para menoscabar nuestras luchas.

Un ejemplo claro me parece el comercial de Guillette ("El mejor hombre que podría ser"), surge una campaña que les dice que no se masacren entre ustedes, que existen otras maneras de socializar y voilà, la indignación del colectivo hombres hace acto de presencia, protestando porque les van a arrancar la única  manera de constituirse individuos a través del privilegio que os exhorta a matarse los unos a los otros.

Así que sólo vine a decirles que si las siguientes afirmaciones son ciertas, sus argumentos no son contras las feministas sino contra ustedes mismos que lo saben y no hacen nada al respecto. 


y si a pesar de que lo saben continúan siendo simplemente razones para demeritar otras luchas enserio que no los entiendo.



No te acerques a mi, hombre que haces el mundo,
déjame, no es preciso que me mates.
Yo soy de los que mueren solos, de los que mueren
de algo peor que vergüenza.
Yo muero de mirarte y no entender. 
Agonía fuera del muro (fragmento), Rosario Castellanos

lunes, 21 de enero de 2019

Usted

Si lo que amas de mí es mi mente
¿Por qué censuras mis convicciones,
niegas mis sentimiento,
y limitas mis acciones?
Acallas mis palabras
en un falso afán de hacerme correcciones.
Usted no me ama
sólo tiene pretensiones,
usted no ama mi inteligencia
sólo juega con mis emociones.

Usted no me da paz,
sólo retorcidas pasiones.

martes, 15 de enero de 2019

Los aretes de la abuela


Los rayitos de luna se cuelan por la cortina, son como la luz que proyecta un espejo, ¿cómo lo sé? un novio que tuve solía avisarme de su llegada apuntandome con uno para así desviar mi atención del libro en cuestión. Y allí esta la luna, la representación ancestral de la madre, la feminidad nocturna. Despierto al estimulo visual que inmediatamente es precedido por una punzada en la oreja derecha, algo debo estar haciendo mal para que el arete de la abuela me pellizque la oreja tan enfáticamente. 

¿Por qué duermo con los aretes puestos? jamás me los quito, nunca nadie me dijo que debía quitarlos y ahora  sin aretes me siento desnuda, incluso me ducho con ellos, me atrevo a decir sin temor a equivocarme que me han visto más veces sin ropa que sin aretes. Sólo me desatoro los aretes cuando realmente estoy agotada y quiero dormir desprovista de todo, despojada cuál Eva del Edén, así que si alguien afirma haberme visto desnuda, seguro que miente, ya que sólo me habrá visto desvestida. 

Los aretes de la abuela son la clásica representación de la luna y el sol, suelo usar el sol hacia adentro, o de los contrario sus rayos se atoran en la almohada y terminan por darme jalones de oreja o de cabello innecesarios, esos no son obra del fantasma de la abuela que me visita invocada por su uso, sino que es consecuencia de la falta de sentido común al colocarmelos en el relevo de aretes.

Esos aretes son el regalo adelantado de xv años que la abuela le encomendó a mi madre poco antes de morir, para esto es necesario decir que la abuela murió cuando tenía 13 años,  la mamá me adelanto el regalo porque un día por accidente los había tirado a la basura, ya que los conservaba envueltitos en una servilleta, ese día tras revolver las bolsas de la basura y enjuagarlos en alcohol  me los entrego, no sin antes hacerme prometer que no le iba a decir a ninguna de las primas, ni las tías sobre este regalo prematuro para no levantar malestares entre la familia.

Desde entonces siento que estos aretes son una especie de conexión entre la abuela que anda en algún otro plano y yo. Al margen de esta explicación es preciso abundar que precisamente el día en que cumplí quince años, un martes de educación física,  ya  cuando iba de vuelta a casa me di cuenta de la ausencia del arete en mi oreja, regrese a buscarlo por el salón, las canchas, los baños y  entre el  uniforme sin tener éxito. Me sentí desconsolada porque justo el día en que debía recibir el regalo al parecer lo había perdido, pero la congoja termino cuando al fin cansada de tanto buscar decidí entrar a la ducha para lavarme la decepción y encontrarme al comenzar a desnudarme al arete prendido de mi corpiño. La mamá y yo que somos medio esotéricas, interpretamos este hecho cómo un saludo de la abuelita, que justo había vuelto a manifestarse con motivo de la fecha que ella no quiso pasar por alto aún sabiendo que no estaría en vida con nosotras para celebrar. 

Levi Strauss notable antropólogo belga habla de la eficacia simbólica, para denotar como nosotros dotamos de sentido hechos y objetos a los que atribuimos cualidades mágicas, y que al dotarlos de sentido e interpretación, estos se vuelven actos significativos dentro de un comportamiento ritualizado, de tal manera que cada vez que los aretes -objeto mágico- son cuidadosamente colocados, con los rayos del sol apuntando hacia mí y no al contrario -acto ritualizado-,  me da un jalón de orejas al atorarse con la almohada, yo pienso en la abuela cómo una entidad mágica benigna que me acompaña -eficacia simbólica-.

La última vez que vi a la sobrina en sus orejitas me encontré con un par de pequeñas dormilonas en forma de sol y luna, y no pude más que sentirme enternecida al pensar que la abuela dónde quiera que esté también abraza a su pequeña bisnieta. 

domingo, 13 de enero de 2019

del año que pasó

Me voy a detener a hacer el recuento porque en el mes de diciembre no quise hacerlo, me sentí saturada de leer tantos recuentos, que no quise plasmar el mió hasta ahora, más que nada porque anda nadando en mi mente desde noviembre pasado y no dejará de atosigarme hasta que lo plasme en algún lado, debo decir que pasé un cierre de año muy lindo en compañía de las personas que quiero, aunque eso también es consecuencia de una serie de renuncias subsecuentes que he hecho en otros años a nombre de mi tranquilidad; y que lejos de lo que muchos compartieron me siendo afortunada de no tener que recurrir a manuales para sobrevivir a estas fechas... 

Aunque debo confesar también que estuve a punto de terminar el 2018 cómo si de palomear una actividad más del calendario se tratará, ya que había un par de compromisos sociales que cumplir para cerrar el año, incluso percibía la cena de año nuevo cómo parte de la agenda, de alguna manera sentía como sino encontrará tregua para el descanso, y viví parte de la víspera es una especie de estrés decembrino que incluía vestido, zapatos incómodos, sonrisas forzadas y charlas con desconocidos. 

Afortunadamente esos pensamientos se fueron calmando y terminé por sentirme muy agradecida con todas las actividades de cierre de año cuando caí en cuenta que fueron deseos cumplidos, y esto es tan cursi cómo cierto, al hacer retrospectiva me dí cuenta de que tuve y tengo todo lo que deseo, dentro de lo que mis mediocres ambiciones se dan el lujo de anhelar. Tengo un trabajo que me permite pagar un techo, alimentarme y darme pequeños gustos de vez en cuanto, eso era justo lo que esperaba cumplir cuando salí de la universidad, y ahora que pasó revista me doy cuenta que estoy justo dónde deseo estar. 

Sobre los eventos sociales, la boda y el bautizo, diré que al iniciar el año 2018 pensaba en los rituales de transito a la vida adulta y cómo no había formado parte (asistente) de ninguno de manera significativa, también pensaba en las ganas que tenía de tener una sobrina, y al final la vida me sorprendió en combo, haciéndome formar parte de eventos transcendentales para mis seres queridos, eventos que no dependían de mí como el nacimiento de la sobrina o el posterior bautizo y sin embargo compartí con mucha dicha. Yo no pude haber planeado que el hermano mayor se reprodujera, ni que precisamente el producto fuera una niña, y sin embargo allí esta Romi como prueba de lo hermosa que fue la vida el año que pasó.

Charlando con una amiga me señalo la gran suerte que tengo, hasta billetes puso el viento a mis pies para cerrar el año, y si me pongo menos banal no puedo pasar por alto que también compartí momentos con la persona de la que estoy enamorada y un par de semanas de noviazgo bastante singulares, y después del recuento decidí quitar la sonrisa forzada de las fotos, y ponerle más entusiasmo a las festividades, finalmente ya sabía que iba a ser un mes cansado, pero el agotamiento físico es mejor cuando es por gozo. Así que voy iniciando el año con la misma fórmula del año que pasó, sin deseos material bajó un único anhelo: tranquilidad. 

Y uno nunca sabe, para el próximo 2020 tal vez hasta me de el lujo de ser ambiciosa. 

jueves, 3 de enero de 2019

La boda de mi mejor amiga

Cada vez que escuche how deep is your love me acordaré de Mel, mi mejor amiga, a quien antes de terminar el año inmortalice en mis pensamientos, toda de blanco, con su carita redonda y una jovial sonrisa,  cuando la recuerde voy a ver la manera en que gesticula su inglés casi británico, su mirada plena,  y la voy a recordar frente con frente bailando muy despacito mientras le canta a su ahora esposo, muy probablemente con su agraciada voz desde la primera palabra no sólo borro los nervios de su pareja, sino también nos borro a todos los allí presentes para vivir un momento sumamente íntimo aún frente a un público expectante. Ojalá y todas las que se casan se miraran así. 

Mel fue desde la secundaria mi mejor amiga, a pesar de que yo no tuve conciencia de ello hasta la preparatoria, su manera de ser siempre me ha roto los esquemas. Atesoro en mi memoria con mucho cariño el día que volví a la secundaria después de una semana de auto destierro producto de aquello que ahora conocemos como acoso escolar, recuerdo que por casualidad me la encontré en el pasillo cuando salía de la dirección e inmediatamente corrió a abrazarme, en ese momento no comprendí el motivo del gesto pero me sentí muy reconfortada en aquel espontaneo acto; posteriormente en la preparatoria solía buscarme durante el periodo de descanso, cosa que era  sumamente extraña para mí, alguna vez debo confesar haber salido por la ventada al no comprender esa insistencia en mantener la comunicación, hasta que una vez charlando con mi madre le comenté mi extrañamiento ante la insistencia de M por pasar tiempo juntas, a lo que ella respondió que me buscaba tanto para charlar, compartir almuerzos, etc. porque era mi amiga y voila de repente todo cobró sentido -realmente era y soy un nopal para esto de las relaciones interpersonales-. 

No saben como valoro los esfuerzos de mi amiga por continuar compartiendo conmigo, una criatura tan despistada, aún después de ir a universidades distintas, dejar de vernos por años, tener visiones de la vida un tanto opuestas  e intercambiar un par de mensajes al año,  aún así hace dos años me llamó, porque después de la cena de navidad su novio se le había propuesto y ya pensaba en mí como parte del evento, en aquel entonces busqué la manera de safarme del plan, así eludí la responsabilidad de ser testigo de la boda civil -lo cierto es que huí de participar del contrato que consideré más reales-, pero mi siempre constante y tenaz amiga me pidió ser parte de su corte de damas, y aunque pensé en negarme explicándole que el matrimonio es una institución -patriarcal- que no comparto, que para nada soy una dama y que ese rollo de que te arrastren como costal de papas hasta el altar... pero antes de que pudiera siquiera decir pío  ella acalló todos mis truculentos argumentos con un "Mariel, te he dado distintas opciones para ser parte de un momento especial para mí, espero que lo consideres", y de un sólo tajo borro mis truculentas objeciones. 

Haré un espacio para relatar como justo la misma noche de la propuesta me llamo para anunciarme la noticia, a lo que yo sólo respondí "¿por qué?", en mi defensa debo acotar que estaba algo bebida, era de noche y conteste más dormida que despierta, justo al otro día al despertar, me recordé que que al entusiasta "me voy a casar", respondí con un cuestionamiento y no una felicitación, bueno ya les había dicho que soy un nopal para estas cosas, inmediatamente enmendé el error con mil mensajes de felicitación. y entonces me cayó un veinte importante, Mel estaba inaugurando la etapa dónde la gente se comienza a casar por gusto, no por embarazo, no por obligación, no al ardor de la juventud y sentirse a desfallecer por el primer amor. Eso es parte de crecer y ser adulta supongo. 

Ya estaba dicho todo, ella mi amiga de toda la vida quería que estuviera allí, en uno de los días más importantes de su vida, con todo y mi despiste, mi feminismo, mi falta de habilidad de andar en tacones, yo iba a estar al lado mi amiga en un ritual patriarcal y arcaico por el simple hecho de acompañarla, porque no se trataba de mí y mis creencias o posturas políticas, se trataba de estar para ella en el mismo equipo de voley, en la escolta siendo ñoñas, al bordo de un abismo o en la segunda fila de la parroquia barroca del pueblo dónde crecimos,  había que ver la ventajas eso  me permitía también tener listo un par de tennis cerca en caso de que decidiera escapar, siempre hay que estar preparada, una nunca sabe ;) 

El día de la boda que se veía tan lejano pero llego más rápido de lo que esperamos, llegó con el vestido, los tacones, el maquillaje y el peinado, el vestido blanco de raso y su enorme sonrisa de pequeños y pulcros dientes perfectamente alineados,  llegó con mi incongruente feminismo que se regodea en abrazar a las mujeres que ama y valió mucho la pena aguantar esos sensuales e incómodos zapatos, lo valió sólo para cerrar el 2018 con la hermosa postal de mi Mel enamorada cumpliendo uno de sus deseos,  una postal musicalizada por los bee gees.