jueves, 27 de junio de 2019

Cuerpo

Cuerpo

Veneno y piel,
deleite y hiel,
mi cuerpo a expensas del placer;
instrumento de disfrute
objeto de satisfacción
herramienta del deseo
utensilio de sensualidad
material de goce
repositorio de lujuria
urna de desenfreno,
sórdida fantasía
de inmemorable pasión ancestral.

lunes, 24 de junio de 2019

Puta


Puta triste,  en el ojo
que me mira sin decoro.
Puta silente, para quien 
me prefiere como ausente.
Puta nostálgica, para mí
que conozco mis demonios.

Y aunque puta he de ser
desde varias perspectivas, 
es mejor desmerecer,
decrecer de sus elogios,
que devenir musa afligida.

jueves, 20 de junio de 2019

El fantasma del fascismo


El fantasma del fascismo
de la tumba se ha levantado,
no hay cosa más siniestra
que su imagen tan repuesta.

Maestro de la cordialidad
no teme a la hilaridad
de negar la humanidad
a quienes juzga con severidad.

El fantasma del fascismo
de científico se ha disfrazado,
reforzando los supuestos
de prejuicios infundados.

Aguza bien el oído
en las noches más oscuras,
es posible escucharlo
murmurando su amargura.

Argumenta de derechos
desde la moral más añeja,
intentando reducirlos
a las personas que rezan.

Afina tu perspicacia
y entrena bien los sentidos,
no vaya a ser que mañana
en tu cabeza ya tenga nido.

El fantasma del fascismo
anda al acecho,
con valores de otro siglo,
abduciendo a los perplejos,
con pasados gloriosos
alucina quejumbrosos
que ávidos de espejismos
se dejan seducir
por cuasi silogismos.

Si esto te esta incomodando,
obsérvate en el espejo
en busca de su reflejo,
y reconoce si estás poseído,
que para exorcizar al fantasma
no hay que perder la calma
ni la práctica constante
de examinarse con frecuencia.

¿Cómo indentificar un discurso de odio?



En este mundo donde se fetichiza el saber resulta tremendamente cómodo adherirnos a ideas e interpretaciones parciales de textos científicos, ver vídeos de entrevistas en you tube y con sólo media hora conformarse con el espejismo del conocimiento,  dejarse seducir por un orador u oradora que más o menos regurgita tal o cual teoría o autor es parte del check list.

El conocimiento por fetiche nos hace creer que es más sencillo mamar del conocimiento amigo que adquirir el propio, que leer un libro.

Teorías complejas son reducidas a frases friendly y memes  se sirven a la carta día a día desde nuestras redes sociales, traducciones parciales de un todo complejo reducidas a triste guiñapos carentes de espiritu crítico.

Para aparentar que sabemos nos conformamos con cualquier cosa que se ajuste más o menos a nuestro prejuicios, el sentido crítico  pierde su centralidad frente a la búsqueda  frenética de enfoques que se sumen a nuestra visión parcial del mundo, que demuestren de una buena e irrefutable vez que no estamos equivocados, la ciencia se ha tornado fe.

En esta línea sucesoria elemental que planteaba el evolucionismo de la transición del pensamiento mágico al religioso y finalmente al científico algo ha intervenido tumultuosamente, quizá ha sido la autocomplacencia, el enorme hueco que deja la ausencia de reflexividad, la negación a cuestionarnos en primera persona  y un ingenuo entusiasmo que se deslumbra apenas encontramos aquello que creemos buscar.

El conformismo intelectual es cosa de todos los días, es fomentado a diario por un montón de cuasi verdades que pululan en nuestra cotidianidad, porque cualquier cosa nos parece razonable siempre y cuando se ajuste minimamente a nuestra visión del mundo. 

No voy a negar que es jodido esperar ávidos lectores en un país de pobres, dónde el costo estándar de un libro equivale al triple de un salario mínimo, sin embargo voy a tomarme el atrevimiento de dejar una invitación a la autocrítica,  a desconfiar de aquel cuasi conocimiento que deslumbra cual espejo al sol, que nos ilumina el rostro y se presenta fácil, ese que se ajusta perfecto al estigma contra el prójimo, a crear enemigos malévolos, el que alienta a la suspicacia de seres que ya de por sí considerábamos indeseables.

Voy a dejarles este consejo porque el fantasma del fascismo anda al acecho de cuerpos que poseer, de mentes que abducir, se niega a permanecer en la tumba y se levanta para andar entre los vivos engalanado de discursos cuasi científicos, sólo basta descuidarse un poco  para encontrarlo disfrazado tras el antifaz de los derechos, pero no se asusten que es fácil identificarlo, observa bien y podrás notar como frunce la nariz ante ciertas poblaciones, los inmigrantes, los gays,  los trans, los negros, los pobres, los torcidos y todo aquel o aquello que no se ajuste a sus creencias; y si ello no es suficiente aguza bien el oído porque podrás encontrarlo discutiendo de la moral cuando de derechos se esta debatiendo, ese es su el más distintivo.

Así que a continuación te voy a dejar una serie de consejos para que antes de opinar observes si en ti no se encuentra su reflejo, devenido del odio más añejo:


¿Cómo identificar un discurso de odio?  (cuestione lo siguiente)

  • Fomenta la estigmatización de los otros para validarse
  • Recurre al pánico y terror basado en estereotipos
  • Apela a generalizaciones basadas en casos aislados para caracterizar poblaciones completas
  • Presenta a poblaciones enteras como una amenaza para el bienestar común
  • Emplea una mirada reduccionistas y polarizante para problemáticas complejas (hay buenos y malos)

Recuerde que los discursos de odio no necesariamente hacen que salgamos a la calle a asesinar o matar gente, lo que si fomentan es la tolerancia y justificación de situaciones violentas e injustas contra la población o sujetos hacia quienes de manera previa se han reforzado los prejuicios. Quizá sea buen momento para empezar a cuestionarnos en primera persona respecto a los motivos por los cuáles creo que la existencia de determinados sujetos o poblaciones atentan contra la vida y/o el bienestar común, y qué estoy entendiendo por "bienestar común".


martes, 11 de junio de 2019

Sobre la hipersexualización de la infancia , el uniforme mixto y las niñas



Últimamente he estado repensando bastante sobre los mensajes que hay en redes sociales al respecto a la "hipersexualización" de la infancia, que justo embona muy bien con la discusión que se ha tenido sobre el uniforme mixto, y la gran preocupación para mí es que lo único que veo son críticas a la manera de vestir de las niñas, y creo que la invitación es a recordar que ni la ropa ni los accesorios fomentan la agresión sexual, y en ese sentido hay que ser muy cuidadosas con la manera en que argumentamos, especialmente cuando de fondo se anda remasterizando el pánico sexual, aquel que usa a las niñas/os como detonante del miedo. 

De todos los argumentos que se han citado hablando desde el clima hasta la ergonomía, el más aceptado ha sido el que hace alusión al acoso sexual, habría que cuestionarnos ¿a qué se debe su éxito?, y quizá la respuesta este en que otra vez nos encontramos los adultos dictando a las mujeres jóvenes, adolescentes y niñas que deben hacer, como deben vestirse. Es sorprende y preocupante la mancuerna que algunas feministas establecen con la derecha, y uno de esos espacios es precisamente  "la hipersexualización de la infancia" que generalmente se reduce a la manera en que se norma el comportamiento y la vestimenta de las niñas.  

Algo necesario a acotar antes de continuar es que todas las personas nacemos con una sexualidad que se va desarrollando en la medida en que crecemos, con esto no quiere decir que necesariamente vamos a devenir en hombres o mujeres, pero si que hay una esfera de la vida vinculada al reconocimiento del propio cuerpo, al deseo, el placer y que es parte de nuestra realidad material y que no surge por arte de magia cuanto el estado nos credencializa y ya podemos votar, sino que es inherente a nuestra realidad corporal. 
A veces creo que en el afán de justificar las medidas tomadas en el proceso de búsqueda de crear condiciones igualitarias estamos cayendo en un nuevo vicio sumamente peligroso, la creación y búsqueda de víctimas perfectas e inapelables moralmente, y sin querer con ello nos estamos ciñendo a la moral hegemónica, la misma moral que precisamente excusa la violencia sexual apelando a la ropa que usaba la víctima, aquella que repite argumentos tan absurdos como que "los niños/as provocan a los sacerdotes pederastas". Pero aún hay algo más grave que se esconde tras esta búsqueda de víctimas perfectas y es que lejos de dotar de agencia a las niñas en el discurso se les reduce a víctimas de las circunstancias, receptáculos pasivos de violencia, depojándolas de toda posibilidad e iniciativa de defenderse. 
Entonces aguas con la cuestión de la "hipersexualización" y las lecturas simples  que se le esta dando a la implementación del uso del pantalón como opción para uniformar a las niñas en el ámbito escolar,  establecer que "me acosaban porque traía falda y la falda me sexualizaba"   es uno de los razonamientos reduccionistas que sostienen la cultura de la violación, aquella que justifica los ataques sexuales en función de cuestiones vinculadas al contexto el lugar/la hora para responsabilizar a la víctima con factores vinculados con ella y su toma de decisiones y así terminar de transferir la responsabilidad de la violencia a algo tan subjetivo como el atuendo que decidió portar la persona en cuestión. 
Por si aún no queda claro lo diré explícitamente, el acoso sexual no está en la ropa, la ropa no tiene cualidades ni atributos sexuales, el foco real de la discusión debería estar en quién acosa y no en la persona acosada, no en el ente cosificado. El problema no son las faldas, ni la piel expuesta sino en el ojo que escudriña entre las piernas, en la mano que toca sin consentimiento, en la mente que busca una oportunidad para obtener satisfacción a costa de los demás, generalmente mujeres. 
Sustituir el uso de la falda por el pantalón dicho sea de paso tampoco esta paliando nada de manera sustancial, ir a la escuela en pantalón era una práctica ya más o menos corriente, lo que faltaba es que la institución lo reconociera, bueno ya nos dio esa concesión, ya se institucionalizo con el afán de uniformar, para que lleves tu pantaloncito de la tela adecuada, esto fue una manera de concordar con la premisa que justifica el uso del uniforme como recurso pedagógico para no crear distinción entre los alumnos y había que romper con la gran distinción que desestabilizaba esta premisa a través de una prenda diferenciada. Habría que cuestionarnos sobre si es el gran logro que tanto vitoreamos o apenas un pasito hacia emparejarnos con la realidad actual.
Si el problema es el acoso que se eduque a los varones para no acosar, que se enseñe autodefensa a las niñas, se fomente la organización para que regresen agrupadas a sus casas y puedan apoyarse unas a otras, que se creen brigadas de tutores que monitoreen los recorridos escolares para prevenir acoso, pero por favor, no me vengan con argumentos simplistas como que el sustituir la falda por el pantalón va a reducir el acoso cuando tiene muchos años también la observación "ese pantalón te queda muy ajustado".
Finalmente voy a cerrar invitándoles a reflexionar sobre por qué incomodan tanto los calzones y las vulvas debajo de la falta y no les incomodan los penes que notoriamente se marcan bajo pantalones de tela o los glúteos que se entornan debajo de las pinzas del pantalón; y voy a apropiarme también  de ese "se trata de las niñas", ¡claro! se trata de como nos generizan desde edad temprana, de las maneras en que nos inculcan desde pequeñas que somos objeto de deseo y que usar una prenda nos vuelve material del mercado sexual.


Este verano impetuoso


En la puerta del sol como el año que fue -susurra el ordenador- otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán de alfombra están - la suave voz de Ana Torroja  me posa delicadamente frente a la casa de los gemelos-  los petardos que borran sonidos de ayer - y sin querer empieza la reflexión- y acaloran el ánimo para aceptar que ya pasó uno más... -la inevitabilidad de cumplir años, ¿resignación - degradación ante lo inevitable? o la poco usual opción de mirar con fascinación cada signo de envejecimiento que comienzan a asomarse en este  verano impetuoso, este verano impetuoso tal como lo dijo la dueña de la tinta americana.

Me miro las pecas de sol en las manos y pienso en la abuela, los referentes femeninos del árbol familiar siempre constantes, imprescindibles, necesarias...  mi genealogía materna ha sido vital. El referente inmediato la mamá, una vivaz capricornio que con tenacidad intento educarme entre la excelencia y la empatía, gran merito en un mundo lleno de excusas y negación al prójimo.

Yo de niña fui graciosa, 
de adolescente llorona, 
en mi juventud cabrona, 
y en mi verano impetuosa
(Pita Amor)

Acabo de cumplir 28 de una expectativa de vida que oscila en los ochenta, la matemática biopolítica dice que quizá no aspiré a tanto:  el asma, la vida sedentaria, los malos hábitos alimenticios  y alcohol en algún momento harán de las suyas. Pero mientras ello sucede aquí va una lista sobre las cosas que he aprendido este año que engañosamente podría parecer estático y sin embargo fue un año llena de revoluciones a nivel de pensamiento, así que aquí va:

Tener 28 y... Recién estar cuestionándome acerca de qué espero de mis relaciones con las demás personas (amigas/os, familiares, compañeros/as de trabajo, personas con las que me relacionó en general).

Tener 28 y... Comprender que también necesito que me proporcionen cuidados y lo mucho que me desgasta la falta de reciprocidad

Tener 28 y... Decidir que no pienso volver a relacionarme con nadie sino hay reciprocidad

Tener 28 y... Reconocer que nadie esta obligado a amarme, aunque le escriba palabras bellas o sea cortés con él/ella, nada obliga a nadie a corresponderme de ninguna manera, para esos casos lo mejor será alejarse

Tener 28 y... Recordar que mi apuesta política va por la amistad, apuesta política a la que ahora se le ha sumado la ternura

Tener 28 y... Abrazar a mis amigas/os con ternura

Tener 28 y... Empezar ensayar el decir "No"

Tener 28 y... Darme permiso de ser persona con necesidades que también merecen ser atendidas

Tener 28 y... Estar en proceso de aprender a pedir favores y no ser tan estricta conmigo

Tener 28 y... Rememorar mis debilidades y aún más conmemorarlas, edificar desde la imperfección

Tener 28 y... Dejar de sentirme responsable de las demás personas, darles su espacio para tomar decisiones y no restarles agencia desde la condescendencia

Tener 28 y... Reflexionar sobre las maneras en que me bebo mi frustración

Tener 28 y... Encontrarme dubitativa respecto a si puedo continuar fincando mi hogar en las personas

Tener 28 y... Mandar al carajo a los sapiosenxuales que me hacen sentir cosificada, no soy un dildo exótico que dice cosas varias de feminismo y antropología mientras me intentan coger

Tener 28 y... Tener muy presente que el feminismo no es ningún dogma religioso, ni una moral y pensar lo contrario es la receta perfecta para el caos y la intolerancia

Tener 28 y... Tener 28 y... Tener 28 y...