miércoles, 16 de septiembre de 2015

Pocito de Nacaquinia

Hoy que me afloro el sentido de pertenencia les voy a contar un poco sobre mi pueblito alegre, un pueblito encallado en la zona serrano-costeñada del estado de Veracruz, según el último censo del INEGI cuenta con  62,920habitantes, y el pasado 20 de enero cumplió 450 años. Cuenta la historia que antes de la ocupación española en Misantla se asentaba un señorío totonaco – de allí  dos expresiones, Misantla un rinconcito del totonacapan & La Señorial Misantla-, aunque el nombre de Misantla viene de la voz náhuatl, se compone de dos partes masantecutli que significa señor venado y la terminación tlan que denota lugar, por lo que Misantla significa Lugar del Señor Venado (o por lo menos eso me pase repitiendo toda la primaria).

Cuenta la historia que hace tiempo cuando Misantla apenas era un cantón, hubo aquí una pilli muy hermosa de nombre Xanat –que significa Flor de Vainilla-, cierto día un noble guerrero mexica llamado Milajahuat llego en son de conquistas a estas tierras, Milajahuat quién buscaba hacer méritos para el señoría de su padre lejos de hallar un ejército se encontró con la bella Xanat, ambos jóvenes quedaron inmediatamente prendados, Milajahuat por amor fracaso en esa conquista y se dirigió hacia otras regiones, varias lunas pasaron antes de que el viento le trajera el rumor de batallas lejanas a Xanat, y muchas lunas más pasaron antes de que se enterara que aquel a quién amo había muerto en batalla, al enterarse de esto la doncella rompió en llanto, ella lloro tanto que termino por morir y en ese lugar dónde ella murió del torrente de sus lágrimas  surgió un manantial, Nacaquinia que significa corazón abierto o corazón en llanto.


Hace poco unos amigos hicieron un corto sobre este bello mito, para quién guste echarle un ojito aquí esta: 


Actualmente todos los 3 de mayo, día de la Santa Cruz, se monta un festival artístico precedido  de la bendición del pocito por parte de un sacerdote local, se adorna el lugar con banderolas de papel china y flores, principalmente las varitas de flor de mayo, unas florecitas amarillas que después adornarán las escuelas en los festivales de día de las madres, un pintor local retoca o rehace la imagen de la bella Xanat con el rostro surcado de lágrimas y los Misantecos asistimos a contemplar los tríos, rondallas y bailables que se presentan, los vendedores ambulantes rodean las orillas, y la gente se pasea entre los pocitos del Zotuco y Nacaquinia que compiten entre sí para tener más adeptos en esta fiesta que combina la tradición católica y un resquicio de la tradición mexicana  que aún nos circunda si observamos con mucha atención.




La fiesta de los pocitos es una de las más importantes de mi ciudad, el pocito de Nacaquinia es uno de los más importantes referentes locales, y cuenta la leyenda que aquel que beba de sus aguas ha de volver a ese lugar, desde la antropología puedo decir que  dentro del sentido identitario de todo pueblo se encuentran determinados lugares emblemáticos, para Misantla supongo que uno de los más significativos es el pocito de Nacaquinia ubicado en el Barrio del mismo nombre.

 y como misanteca  yo lo recuerdo con cariño y nostalgia porque cuando era pequeña mi madre solía llevarnos -muy onda aquella canción del trío Martnez Gil-  a ver los pececitos que allí tienen su ecosistema, allí conocí los garlapagos –una especie de tortuga propia de la región-, posteriormente asistí a la escuela primaria Antonio Castellanos que se encuentra al lado del pocito y en los sedientes recreos –prácticamente todos después de jugar y brincotear por todos lados-, después de que se terminará el agua de la cantinflora a escondidas del intendente corríamos a rellenarlas inclinados en el brocal que cercaba el manantial.

Traída desde algún lunes dónde nos hicieron cantarla para los honores a la bandera, aquella bella composición de Chucho Gil: 

lunes, 7 de septiembre de 2015

el lugar dónde la nota roja se tiñe de mujeres



Yo vivo en un país dónde se hacen suntuosos festivales el 10 de mayo para celebrar a la madrecitas, pero al mismo tiempo se les asesina antes de dar a luz.

Yo vivo en un país dónde se les lleva serenata a las mujeres a la luz de la luna, rayos de luna  que bañan las sensuales curvas de sus mujeres ensangrentadas, desnudas, frías, abandonadas en cualquier lugar, cualquier barranca, cualquier paraje, cualquier avenida, calle o terreno baldío.

Yo vivo en un país que se tiñe de rosa cada 8 de marzo, a la vez que la nota roja se tiñe de mujeres a diario.

Yo vivo en un país que grita hacia el mundo respeto y equidad, y de tanto gritar se ha quedado sordo.

Yo vivo en un país sordo y miope, que condena la violencia en lejanos países y desconoce los gritos dolientes de los suyos, dónde los políticos desconocen las alertas de género, les tiembla la mano, o las sabotean.

Yo vivo en país donde se dice que el problema de violencia hacia las mujeres es cultural, para luego cruzarse de brazos.

Yo vivo en México dónde hace poco más de un mes aconteció el multihomocidio de la Narvarte, dónde hallaron cinco cuerpos, cuatro mujeres y un hombre, un hombre y cuatro mujeres, cuatro mujeres, todas desnudas y  vejadas sexualmente, y un hombre vestido, cuatro y uno, uno y cuatro, cuatro y uno, uno y cuatro, cuatro y uno, uno y cuatro,cuatro y uno, uno y cuatro, cinco: Alejandra, Mile Virginia ,Yessenia Quiroz, Nadia Vera y  Rubén Espinosa.

Yo vivo en México dónde ser mujer, periodista, joven, ancianx, niñx, estudiante, persona, terrícola, mortal esta muy jodido.

Y para ser más exactos les  diré que yo vivo en Puebla dónde el pasado 25 de agosto Paulina Camargo Lion de 19 años de edad  y con un embarazo de 18 semanas  fue estrangulada, desmembrada  y tirada a la basura.

Yo vivo en Puebla dónde aún no encuentran a Paulina Camargo, pero en su lugar  han hallado el día de ayer -5 de septiembre- con signos de tortura y semidesnudo el cuerpo de  Verónica Espinosa Arcos.

Yo vivo en Puebla dónde apenas el 2 de septiembre pasado los diputados que integran la Comisión Permanente del Congreso del Estado bloquearon la solicitud para emitir la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres.

Yo vivo en Puebla dónde en los 9 meses que van del 2015 han habido 34 feminicidios.

Yo vivo en Puebla dónde del 2012 a la fecha han ocurrido 165 feminicidios aunque la Procuraduría General de Justicia (PGJE) sólo tenga registrados 14.


Yo vivo en Puebla, México, en el Planeta Tierra y me aterroriza pensar que cualquier dejo  de feminidad pareciera ser una invitación  a que te griten improperios en la calle, te acosen, te violen y hasta te maten.

Pero  yo estoy viva y aunque tengo temor  en este encuentro el coraje para gritar que este estado pusilánime no nos garantiza nada, nada más que miedo  y la seguridad de estar sobrecogidos, la sensación de estar atrincherados, la certeza de vivir en la zozobra, y es allí dónde también encuentro las razones para indignarme y continuar vociferando: 









Referencias electrónicas:

http://www.elespectador.com/opinion/colombiana-de-narvarte
http://www.e-consulta.com/nota/2015-09-06/seguridad/ahora-asesinan-maestra-cuya-desaparicion-no-investigo-la-pgj
http://www.periodicocentral.mx/2014/politicas/diputados-bloquean-solicitud-de-alerta-de-genero-para-feminicidios
http://www.milenio.com/policia/Ruben_Espinosa-Narvarte_periodista-periodista_asesinado_Narvarte-crimen_Narvarte_0_566343632.html
http://pueblatrespuntocero.com/odesyr-documenta-feminicidios-en-puebla/





lunes, 13 de julio de 2015

mal parafraseando a Neruda



Aquí escuchando la canción desesperada y escribiendo veinte malos versos de adiós, sólo para profanar al buen Neruda que seguramente tuvo más suerte que yo en estos menesteres... mal parafrasear a Neruda ¿comprendes lo que provocas? y mientras camino a un drama inminente  los versos se me van saliendo de los bolsillos a medida en que se escapa la noche con mis pocas posibilidades de dormir...



domingo, 28 de junio de 2015

añoranzas ratonescas



8:30 am, la falta de liquido vital te obliga a levantarte, haz tenido suerte y lo sabes, deberías de considerarte afortunada de arribar en días que el calor desquiciante se encuentra ausente, días donde el sol tibio y la brisa fresca, brisa que anuncia su llegada desde mares lejanos, acarician tus cabellos, besan tus mejillas, los poros de tu piel están de fiesta, es el clima propicio del lugar que alguna vez fue el indicado por tus anhelos.
Debes levantarte ahora, necesitas ir al baño, necesitas hidratarte, necesitas ingerir alimentos, necesitas… necesitas recorrer la casa que alguna vez te cobijo, las paredes testigos mudos de primeras experiencias, necesitas saber quien ocupa tu anterior lugar espacial, esa extensión tridimensional que alguna vez fue tuya, el sueño se ha ido, tus ojos se abren, es momento de levantarte, despertar, saciar tus irracionales dudas.
Te sientas sobre la cama, tus píes descalzos rozan el piso, la sensación térmica es grata, compara con la que has sentido en los últimos diez  meses resulta más que placentera, giras la perilla del que alguna vez fue el “nidito” en donde ahora habitan tus amigas, es una suerte que ellas aun vivan allí, eso te da puerta abierta para entrar de nuevo, es como una especie de túnel del tiempo, pese a que tus muebles, ropa, libros, tú misma  no están, los recuerdos empiezan a fluir.
Parece que nunca fue martes, parece que jamás decidiste en un momento de ocio anhelar otro plan de estudios, parece que tampoco les informaste  a tus padres de manera precipitada, que tampoco actuaste sin pensar, sin mirar atrás, siempre intentando no sentir, ¡corre ratón! ¡Corre! Que la nostalgia te está alcanzando.
Te encuentras con el breve pasillo que da a los demás cuartos, las inquilinas no son las mismas, sin embargo extrañas la complicidad que alguna vez encerraron esos paralelepípedos, noches sentada  en el suelo contando miedos, sumando aspiraciones, restándole horas al sueño, multiplicando amigas,  dividiendo penas, creando el mundo del que pronto te fugarías por la  puerta trasera.
Cuatro pasos y estas frente a la escalera, la misma escalera polvorienta que te veía bajar y subir, que te extraño por las mañanas cuando decidiste que el turno matutino no era lo tuyo, la misma en la que te sentabas a conversar por horas o solo ha oír música, cuando la soledad de tu cuarto te agobiaba, allí estaban ellas, cumpliendo una segunda función con toda su estreches, escalera si fueras más espaciosas no te querría, ¿Cómo podría sentirme protegida en un lugar tan holgado?
Un escalos, dos escalones, las plantas de tus pies comienzan a teñirse, para cuando llegas al  quinceavo escalón te sientes en casa, pero no en tu casa, solo en casa, la casa de alguien más que alguna vez fue tuya, pero ahora no lo es, la cocina sigue igual, misma estufa, mismo refrigerador, misma mesa, mismas sillas, mismo  fregadero, te miran, los miras, es un encuentro incomodo, debieron agendar  y quedar en el café parroquia.
Supongo que extrañan mis intentos de cocinar, la comida de mamá que almacenaban cada semana, los eternos huevos revueltos,   los desayunos acompañados de cerveza mientras leía el periódico on-line, supongo que echan de menos estar cubiertos de grasa, albergar mi apetito, deberían liberarlo, he venido por él, no he vuelto, solo vine por mi apetito.
Enciendes el calentador, es necesario que salgas de allí, debes de estar volviéndote loca, los muebles no hablan, la escalera no te abrazo, las plantas de tus pies están sucias, el calentador prendió mal, debes devolverlo a piloto e intentar encenderlo después, cuando el sonido de la reacción fuego-gas sea armonioso y el calentador está haciendo su trabajo de manera correcta.
Te dispones a bajar, pero se te olvido algo, tu cuarto, el que alguna vez fue tu cuarto, giras la perilla, está cerrado,  das la vuelta y te asomas por la ventana enorme, la ventana enorme que alguna vez fue tuya, pero ya no lo es más, la ventana enorme donde alguna vez alguien estuvo sentado frente a frente con la noche, descalzos sus pies, morena su tez… una noche, una noche como la noche de ayer.
La habitación está vacía, ya no está tu cubre cama amarillo de flores de colores, no está el oso que te regalo papá cuando tenías doce años, no están tus eternos libros sobre la mesa enorme ubicada entre los dos armarios vacios, tampoco estás tú, es hora de irte, debes continuar el viaje, este puerto solo fue una parada en el repertorio.
Giras intentando entrar en la cocina, hasta que notas que abriste la puerta, la misma puerta del cerrojo sarroso, el cerrojo que tardabas horas en lograr abrir, la maña para  hacerlo sin ruido fue adquirida en un mes, lo que bien se aprende nunca se olvida.
La terraza, desde donde  se ve el mar, la terraza donde pasabas horas, la terraza donde cenabas, la terraza cubierta de cables que si alguien la ve podría osar a decir que es ordinaria, incluso fea. La terraza pintaba de inmaculado blanco, escarchado por granitos de arena que el viento trae de aquí para allá, la terraza  donde se veían a la estrellas moverse tan rápido, hasta que un día te diste cuenta que ellas seguían danzando al mismo ritmo, las que aceleraban el paso eran las nubes, no todo  siempre es lo que parece.
Ya es tarde y debes moverte, acelerar el paso, salir de la casa de tus amigas y demás inquilinas desconocidas, abres una puerta vieja de lamina, corres el cerrojo también viejo y sarroso, cruzas una cocina cualquiera, bajas una escalera ordinaria de quince peldaños, uno, dos, tres,… quince, pasillo pequeño, estas de vuelta en la habitación, algo debe tener este lugar que te fascina. 

martes, 10 de febrero de 2015

un circo llamado Ciencia

Había una vez un circo llamado  Ciencia dónde el león Raciocinio  era la estrella, este acabo por amaestrar a su propio domador a quién apodaban investigador y se había formado justo allí bajo la carpa de la Ciencia, investigador trataba de enseñarle nuevos trucos y Raciocinio rugía con estruendo -tal vez mañana- se consolaba investigador -no debo abrumarlo con cuestiones tan novedosas- y al día siguiente todos listos para el espectáculo de la Ciencia, la carpa llena , Raciocinio y sus mismos trucos y el mismo rugido en los mismos decibeles y con la misma entonación  y la gente aplaudía ; - quizá mañana- se repetía investigador -quizá mañana-.





Porque la Ciencia  primero nos hace domadores como a investigador y luego uno ingenuo domador intenta rehacer a su estrella  Raciocinio; tendríamos entonces que preguntarnos habría circo sin león o león sin circo asumiendo siempre la secundariedad del domador.



martes, 3 de febrero de 2015

como jode el palo estudiar antropología


 Falleció una de las musas de la cocina, era una especie de abuela para mi, cuando recién llegue al soleado sur de Veracruz con mamá la conocí como mi vecina Rica, ella y su hija nos brindaron tardes de largas platicas y risas amenizadas por su tan peculiar acento jarocho, nos hicieron sentir como en familia cada vez que nos invitaban a desayunar o comer en su  pequeñísima terraza, pizzas, pay's, tacos de alambre, tostadas de tinga, cebiche, chanclas, tamales de elote, de picadillo, de dulce, de rajas con queso, pozole, quesadillas, gorditas picadas, chiles rellenos, pastel, platanos  rellenos de queso o con crema y cualquier otro antojo que surgiera un día antes cuando al acabar de comer hacíamos gala de toda nuestra glotonería y empezabamos a paladear la comida del día siguiente. 

Murió y cuando me enteré llore más que cuando supe que murió mi abuela de sangre, y es que es totalmente lógico y coherente sentir de tu familia a gente con la que no compartes el apellido pero si muchos momentos, lo es sino porque existe el termino parentesco imaginario en antropología; lo es por las tardes que pase mitigando mi calor tirada en su hamaca bebiendo coca cola y platicando con ella, lo es porque veíamos telenovelas juntas, escuchábamos telenostalgia, pensaba en que regalo llevarle cada vacaciones que ella se dedicaba a engordarme y finalmente lo es más  porque ahora cumple la condición de todas mis abuelas finadas.

Lo es aunque aparezca el raciocinio y cuestione mi dolor y me repita sino lloraste cuando se fue tu abuela Piedad es porque tenías 12 años y aun eras una cría que no interiorizaba los códigos de duelo correspondientes a tu cultura, lo es pese a que piense que llorar como pendeja podría ser simple teatralidad el modo en que los adultos aprendemos a afrontar el duelo, lo es  pese a Turner y su comunidad de sufrimiento, lo es aunque el logos legitimado me diga tranquila todo tiene una explicación,  LO ES, LO ES, LO ES  o más bien lo era aunque la antropología venga a cagarme el palo una y otra vez.



más volumen para la sordez


Hace mucho que puse los audífonos y subí todo el volumen, hace tanto y disfruto de tanta paz que no había reparado en que se termino la batería  y mi audición.







...de un tiempo para acá ya no es necesario cubrirse los oídos para dejar de atender al otro, bastan un par de audífonos y nuestra portentosa resistencia a la vibración, resistencia tal que nos guía hasta el ensordecimiento e indiferencia, nunca antes el vibrato había causado tanto silencio.