Presentimiento
Lo intuí desde que sus labios sabían a jugos ajenos, jugos vaginales para ser exacta, mis amigOs con O mayúscula más que indignarse con el relato suelen hacer una pausa para mirarme con algo de lascivia e indagar cómo fue que reconocí el sabor.
Lo supe desde la petición de exclusividad sexual solicitada presurosamente en el lecho de un motel, "él que las hace no las consiente" versa la sabiduría popular, generalmente en masculino apuntando hacia los onvres y sus dudas infundadas. Pero ¿Quién me manda a andarle creyendo fidelidad a alguien que no sabe bailar cumbias? Esto no es más que karma de las Diosas Cumbiancheras (entre ellas Selena).
Prueba clínica
Un buen día me decidí a dejar de aplazar lo inaplazable, me dí una ducha rápida y dirigí mis pasos al laboratorio, solo para corroborrar que en cosas básicas soy medio tonta, me fui en ayunas, cuando los análisis no lo requerían, ignorancia y nerviosismo me jugaron mal. La espera fue larga y mis jugos gastrointestinales testifican que no solo fueron los nervios.
Han tardado en llegar los resultados ocho días, y los he abierto mientras me encontraba en el trabajo, abrí y cerré el PDF unas veinte veces, para ver si alguno de los positivos llegaba a cambiar por arte de magia, me he quedado pasmada, todo el día traté de pensar en otra cosa, la meta era llegar a casa y ponerme al teléfono para desandar el camino de lo que ha sido mi vida amorosa en el último año, pero quién más me preocupaba no dió pie a salir de la oficina, y con la noticia a medio digerir intente dicipar sus miedos y dudas, al final me he quebrado, y he ido a desbordarme a algún rincón del edificio donde trabajo, encogida en una banca metalica al lado de los sanitarios, procurando como siempre no incomodar.
Las otras llamadas fueron sencillas, el camino de migajas amargas ahuyentó a cualquier animal que pudiera predarlas, el rastro seguía ahí, no hubo espacio para la vergüenza solo para la premura aderezada por la sororidad hacia sus parejas, mujeres desconocidas que me acongojan más a mí que aquellos que al hacerles el amor las ponen en riesgo, y lo peor... parece no importarles, aún después de la noticia. Los supuestos resultados: Todos limpios, aquí la única sucia soy yo -o alguien miente, ¿Es qué acaso el espíritu Santo descendió y en un performance para castigar a la pecadora ha hecho el milagro de la transmisión?-.
Preocupación
He comenzado la precesión y he tenido que ser paciente, en el largo y ancho de la palabra, paciente con aquellas profesionales de la salud que querían hurgar en mi historia para espejear la suya, he oído de esposos infieles, de novios traidores, de estoicas parejas que asumen gastos y tiempo de espera; personas que hurgan en la herida ajena para tratar de comprender mejor la suya.
La gran preocupación: mi fertilidad, las pobrecitas trompas de falopio que ya tienen suficiente al contener la palabra falo dentro suyo al ser nombradas -lo digo con pleno sarcasmo-, aún no sé si prefiero esa preocupación a qué me miren con condescendencia y traten con mucho tacto de hablar sobre los comportamientos celulares anómalos para no decir una palabra fatídica de manera prematura...
No hay comentarios:
Publicar un comentario