Un día vas a conocer a alguien que verá todas tus maletas de foránea y tus libros desperdigados, dará la casualidad que es un hombre y que sabe trabajar la madera, entonces él hará una repisa para que descansen al fin las valijas, y sin preguntar a esa repisa le pondrá un entrepaño para que acomodes tus libros, entonces tú le llamarás carpintero y decidirás que quieres casarte con él, pero será muy tarde porque estará casado con la costurera, ya que a él también le excita la idea de estar con alguien de manos habilidosas.
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