sábado, 15 de marzo de 2014

me voy, me voy


y me voy deslizando, poco a poco me resbalo de entre tus dedos, sin placer, con algo de molestia, no cómo el deslizarme de entre tus sabanas más bien como el sudor inoportuno cuando tomabas mis manos

y poco a poco me voy, yo al final, después del amor, el deseo, después de ti me voy, y me repito una y otra vez que me voy y decido quedarme un poco más, un poco más para limpiar mis sentimiento y no detestarte, para ordenar mis sentimientos y poder verte por los pasillos de esta vida dónde todos somos vecinos, para organizar los recuerdos y dejar hasta arriba los bonitos, para ver si así vuelves y aunque sea ponerte mala cara



¿o no?, quizá ya deba irme o terminaré por abandonarme a mi misma

quizá esa es solución, me susurro por lo bajo, debo abandonarme también, irme y dejarla/dejarme,  es decir abandonarla, se ve tan triste y enferma, tan triste que de verla enferma, su reflejo en el espejo causa una especie de conjuntivitis, escozor a la vista, su reflejo/mi reflejo... y entonces, entonces le digo/me digo adiós

y pasará el tiempo y tocarán la puerta y no desearé abrir, y tocan y tocan y tocan y el mundo sigue allá fuera, el sol brilla, la primavera, la luz y los pajarillos cantaran como siempre, al fin abriré y será ella/yo y no vendrá sola, pero de momento "me voy me voy me voy" es necesario



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