viernes, 7 de marzo de 2014

reporte desde el frente

a veces me pregunto si es buena suerte o mala suerte que todo el mundo aparezca cuando acaba de suceder un rompimiento, y lo digo sin pretender falsa modestia o algún tipo de presunción, al principio uno considera que es bueno, así aplicas la de mantener ocupado, entretenido, te olvidas de los clínex, y te evitas toda esa cantaleta patética de andarle contando a todo el mundo con pelos y señales sobre tu maravilloso rompimiento, y bueno viéndole así no es tan malo el asunto, que hay de malo entonces... 

bueno quizá podría ser que no te permiten ponerte melodramática -es algo negativo considerando que me encanta el drama-, luego no te dan ese espacio para sentirte bien, asumen que un "no gracias acabo de terminar una relación y necesito espacio solo quiero amistad ahorita" es un "por favor pídeme que sea tu novia ahora mismo porque no puedo respirar con mis propios pulmones, ah ah el aire me falta" o alguna cosa así cursi y penosa dónde uno da lastima y no puede sobrevivir sin la ayuda de un ente masculino.

luego cuando piensas que no puede empeorar el asunto te das cuenta ya te están llamando "nena, princesa, corazón" o algún otro peyorativo de esos de los cuales puedes deducir que te ven como una especie de cachorrito inútil, mojado y con moquillo, y te das cuenta que el sujetito en cuestión se niega a permanecer en la friendzone, se resiste, lucha con desesperación, y de quién es la culpa, pues supongo de aquel a quién se le ocurrió decir que cuando las mujeres dicen no en realidad quieren decir si, desde entonces la cosa de batear gente se nos ha complicado.

 ¡merde!

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