Últimamente he pensando en mis pasos, en cómo camino y la manera en que ha cambiado la forma en que me desplazo dependiendo de las distintas etapas de la vida.
Creo que todo empezó de la mano de mamá, y seguro hubo muchos mimos y alicientes.
Después en la niñez,siempre iba a expenzas de las grandes sancadas de mi papá o mi hermano, quienes regularmente me llevaban y traían de la escuela, entonces mis pasos eran pequeños y presurosos.
Durante la adolescencia iba a todos lados sóla y con prisa, porque los permisos eran excasos y siempre procuraba llegar a tiempo para evitar regaños, ahí mis pasos eran nerviosos y veloces.
Luego en la juventud mis pies dejaron de estar solos y regularmente iban acompañados, mis pasos bailaron, brincaron y juguetearon.
Y ahora en la edad adulta, mis piernas han vuelto a andar solas en busca de su propio ritmo.