Estoy acostada en la cama individual de mi pequeño cuartuchito y miro mis cobijas baratas, pienso en los edredones que me han compartido de mejor calidad y textura, en las habitaciones amplias, en las bolsas de dormir del trabajo de campo y en alguno que otros piso que alguna vez me tocó ¡Que difícil es despedirse de la gente en invierno!, porque sin importar la tela siempre es mejor dormir en compañía. Hace tiempo que no escribo nada bello, y es que los días han estado desiertos, hoy me asaltó una pesadilla y algunos problemas técnicos que tuvo mi madre con la creciente de los ríos, extraño Misantla en época de lluvias, los sobre saltos del río amenazante, el cielo cayéndose y el lodo hasta las rodillas de una niña que prefería volver brincando en los charcos antes que desperdiciar un buen día de lluvia.
Hoy amenazo con llover y fue solo un espejismo.
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