Extraño al extraño que no me extraña
cuyos oídos ignoran mi voz,
tristes lineas sin destinatario tengo
al saberlo muy lejos de mí.
Helada la piel clama su presencia
mientras el ego exige un por qué,
la esperanza cree que todo ya es vano
y el pesimismo suspira un tal vez...
El orgullo susurra "no es nada"
la razón opina "ya pasará",
por lo pronto el corazón lo extraña
y la mente grita no lo olvidarás.
Tristes líneas sin destinatario tengo
al saberlo más lejos que el sol,
recordar su sonrisa me mata
extrañarlo es el deporte de hoy.
Fiel a su ausencia encontraré paciencia
para mantenerme lejos de ti,
insistir más sería no tener conciencia,
romper su solicitud de ausencia,
de ausencia de mi.
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