condenan las letras y yo debo ser el reclamo.
Exigen coherencia y debo de hacer militancia,
replican conciencia y debo hacer penitencia.
Gritan Babilonia y yo debo ser:
¡LA MÁS GRANDE DE TODAS LAS PUTAS!
Tengo las emociones entumecidas de tanta benevolencia,
las carnes aturdidas,
los cinco sentidos magullados
y el cuerpo en singular conteniendo todas las pluralidades y significantes posibles.