No te acerques a mí, hombre que conoces al mundo,
te lo imploro por tu bien,
pudiera ser que este cuerpo histórico revele que no hay ningún virginal ser...
Que fui yo quien inició guerras,
condeno ejércitos,
exigió cabezas,
inicua y maldita Reina Jetzabel,
que fui Circe y te hice cerdo,
Medusa y te dejé de piedra
y entonces fuiste héroe
pero yo fui Salomé.
Y te fuiste al mar y fui sirena,
al cielo y fui esfinge,
a las montañas y fui ninfa
al infierno y fui súcubo.
Y forniqué con Dioses, hombres y animales a la vez;
y engañé al poeta y al juglar para que cantaran que parí naciones, mitos y religiones.
¡No te acerques a mí, hombre que cree conocer el mundo!
O podrías llegar a saber que me invente histérica y me masturbaste,
que me disfracé de musa y me elogiaste,
pecadora y me perdonaste.