martes, 5 de noviembre de 2013

Ellas

ella’- ¿Qué ocurre?
ella - Nada
ella’- Siempre acudes a mi cuando las cosas no andan del todo bien, cuando la nada te invade y esas naderías te lastiman, te raspan; anda cuéntame, sino confías en mi ¿para que venir cada que  sucede algo?
ella- La miró taciturna y siguió observando por la ventada-
ella’- ¿es qué solo quieres compañía en esa certeza de que nada vale?
ella - Absorta en la ventana sin saber si ve a través del cristal o escucha a su interlocutor que se refleja en él… continua arisca, desconfiada, ni viendo ni escuchando sino todo lo contrario-
ella’ - Bien, no me escuches finalmente aquí estamos, huyendo otra vez.
ella – ¿Es qué acaso los mundos de caramelo no existen y los finales sin retorno jamás sucederán?

ella’ - Le miró meditabunda y se dijo lo que una y otra vez no ha dejado de repetirse desde el marco del espejo,  la ventanilla del autobús,  los escaparates, los charcos, el río, la mar  y los ojos de las demás personas: yo soy esa a la que pretendo reflejar de la cual  entiendo menos de media palabra-