ayer algo se rompió en mi, mientras leía un artículo en el que hablaban de uno de mis libros favoritos, el principito, en donde además el artículo justo hablaba de mi parte favorita, la relación entre el principito y su rosa, quizá es mi parte favorita porque me siento familiarizada con el principito, porque creo que alguna vez huí sin ninguna razón de alguien que perfumaba mi vida, porque quizá aun no sé como valorar a quien me hace feliz, y bueno para mi es un libro más que lleno de enseñanzas, repleto de ideales, ideales inocentes, inocentes como todos lo fuimos algún día, y resulta natural que la relación entre el principito y su flor simbolizaran para mi algo así como la esencia del amor, un ideal muy puro, aunque inconcluso pero aun así muy profundo y para mi cursi-noñes-melodramática, la deducción que sacan en dicho artículo humaniza la historia, la vuelve parte de la inmediatez vulgar, al ser humana pierde su calidad de ideal, en fin que para no dar más vueltas iré al grano, la autora de dicha publicación sostiene que Exupéry se inspiro en su esposa para crear al personaje de la rosa, que dicha flor que perfumaba sus días se la pasaba tosiendo porque era asmática, de allí viene la idea de la rosa quejumbrosa, y luego continua, en el capítulo dónde se encuentra con más rosas y les dice que son todas iguales para él y que no pueden compararse con su rosa porque la clave de todo esta en el tiempo que ha perdido con ella, la destroza diciendo que es una especie de tributo disculpa ya que Antoine era un tanto infiel, curiosamente este es mi pasaje favorito esa idea de lo importante que es alguien para ti en función del tiempo que aparentemente pierdes con esa persona me parece una de las ideas más románticas sobre el amor que he escuchado y reducirlo todo a la justificación de una infidelidad a una vulgar disculpa, quizá excusa tipo todas son las capillitas y tu la catedral me rompió algo por dentro, me rompió el idealismo o el romanticismo o quizá un poco de ambos